Pensiones
La batalla de Las Vistillas
Los dueños de las barras denuncian que la competencia desleal de algunos les está arruinando. Critican que bajan los precios habituales y que no tienen que pagar la ocupación del suelo
MADRID- Desde hace tres años, los hosteleros de las Vistillas vienen padeciendo lo que a su juicio supone una competencia desleal. El puesto de venta que presenta Izquierda Unida (IU), ubicado en uno de los extremos del parque de las Vistillas, cerca de la calle Bailén, cuando llegan las tradicionales fiestas madrileñas de la Virgen de la Paloma, les crea auténticos quebraderos de cabeza, ya que se trata del único espacio que actúa de forma independiente al resto de hosteleros. El principal problema reside en los bajos precios que tienen para adquirir sus consumiciones (el puesto de IU vende tres «minis» de cerveza a un precio de 10 euros, mientras que el resto vende el «mini» a 6 euros), ya que, al parecer, trabajan sin pagar sueldos ni tampoco la ocupación del suelo público. Además se benefician de una ausencia de control sanitario sobre alimentos expuestos al sol y reciben tratos de favor que les dispensan las distintas marcas, según manifiestan los hosteleros a través de un comunicado de la asociación Ocio las Vistillas. «Las fiestas son parte importante de nuestra economía. Sin ellas no podemos subsistir», afirma el vicepresidente de la asociación, Jorge Tintó. También manifiesta que con esta competencia desleal a la que se enfrentan, es «imposible que les salgan las cuentas». Durante estos años, los hosteleros han intentado llegar a un acuerdo con el puesto del partido político para que se una al resto de medidas que todos asumen en conjunto. Sin embargo, ante estos acercamientos sólo han recibido respuestas negativas, basadas en la libertad de mercado que existe para todos. La asociación no entiende que un partido político tenga que hacer negocio, y menos que éste perjudique a las personas que verdaderamente viven de ello. Reclaman que las autoridades pertinentes prohíban que vayan al barrio a realizar este tipo de competencia, y de permitirlo, que se realicen las inspecciones sanitarias pertinentes, reúnan las condiciones que se les imponen a los demás y se acoplen a los precios acordados por el resto de hosteleros. Hasta el 15 de agosto, fecha en la que termina las castizas fiestas, los hosteleros deberán hacer frente a esta situación que tantos problemas les están causando en los últimos años.
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