Valencia
El pepinazo
Las exportaciones hortofrutícolas son una de las principales partidas dentro de la balanza comercial española. Nuestros mercados son los otros Estados miembros de la Unión Europea. La economía de varias comunidades autónomas (Andalucía, Murcia y Valencia) depende en buena medida de la producción y de los envíos al exterior de tomate, pepino, calabacín o fresas. Dicho de otra manera, el sector es muy potente y hay mucho dinero en juego. Cada vez aparecen con más frecuencia en los medios de comunicación de nuestros clientes noticias en las que se acusa al sector hortofrutícola español de no respetar los derechos sociales de los inmigrantes que trabajan en los invernaderos y de utilizar productos prohibidos (insecticidas y demás fitosanitarios), lo que provoca importantes perjuicios económicos y daña la imagen de nuestro país. Hasta ahora, el sector se defendía diciendo que se trataba de campañas organizadas y orquestadas por nuestros competidores para quedarse con el mercado. Sin embargo, en estos momentos, y a raíz de lo sucedido en Alemania, la situación es más grave y complicada. Hay muertes por medio y algunas autoridades germanas han culpado de ellas a pepinos producidos en España. El daño ya está hecho. Para que no vaya a más, sería necesario que este sector, que pasa por estar bien organizado, sea transparente y explique por activa y por pasiva cómo son los métodos de producción que emplean y cómo hacen las cosas. Deberían contar con la colaboración de las distintas administraciones, pero la iniciativa y los recursos deben partir de ellos. Tienen que hacerlo, no sólo en el exterior, sino también en el mercado interior español, para disipar cualquier atisbo de duda que pueda existir.
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