Sevilla
Gana Rajoy
Rubalcaba ha ganado. Se ha impuesto por 22 votos de diferencia a Carme Chacón, que ha obtenido el 48,8% de los delegados. Ha ganado Rubalcaba, democráticamente, pero el PSOE ha perdido una buena oportunidad. Ha ganado la ortodoxia, el más de lo mismo. Ha perdido el cambio. La candidata Chacón apeló a los delegados diciendo que debían decidir si querían hacer historia o dejar que la historia pasara. Los delegados no han querido pasar a la historia. Han preferido la continuidad. El riesgo del cambio le ha provocado vértigo a la mayoría.
El nuevo secretario general dijo en su discurso que la mayoría progresista no confió en el PSOE porque la alternativa socialista era igual a la alternativa de la derecha. El que construyó esa alternativa fue el propio Rubalcaba, el máximo responsable de la derrota. El vértigo a cambiar las cosas de verdad ha provocado que la mayoría de delegados del 38 congreso encargue al que perdió las elecciones que rehaga esa alternativa. No quiero ser agorero pero la derecha española –también la catalana- puede respirar tranquila. La alternativa socialdemócrata de Rubalcaba nace aletargada y con la mochila llena de piedras.
Por la mañana, Chacón hizo un discurso emotivo, con fuerza, con ilusión. Rubalcaba se limitó a hacer un discurso tradicional. Muchas referencias al cambio, a España y a la renovación. Y acabó con una alusión que hace dudar. Dijo el nuevo secretario general que hay que cambiar el PSOE para seguir siendo el PSOE. Llámenme mal pensado pero suena mucho a cambiarlo todo para que nada cambie.
El PSOE ha elegido un nuevo secretario general pero se ha instalado en la interinidad. Rubalcaba tiene un futuro limitado y, en apenas dos años, los socialistas volverán a desmadejar el ovillo para discernir quién será su candidato en unas elecciones generales. Rucalcaba puede serlo, sí. Quiere recuperar los más de cuatro millones de votos que retiraron su confianza a los socialistas en las pasadas elecciones. Esos cuatro millones que no optaron por otra fuerza política. Esos cuatro millones que se quedaron en su casa hastiados de una forma de hacer las cosas en el PSOE. Difícilmente, estos millones de ciudadanos volverán a confiar, porque esa confianza también se la retiraron a Rubalcaba. Mucho tendrían que cambiar las cosas. Cosa que dudo. La primera parada del descalabro, Andalucía. La segunda, Asturias. Lo dicho: en Sevilla también ha ganado Rajoy.
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