Bagdad
Al Qaida causa una matanza de católicos en Bagdad
La operación de rescate terminó en tragedia. Al menos 52 personas murieron y 67 resultaron heridas en la tarde del domingo en Irak en el intento de las Fuerzas de Seguridad del país de liberar a los rehenes tomados en una iglesia cristiana en Bagdad durante la misa dominical
Una organización vinculada a Al Qaida se ha atribuído la autoría de un secuestro que ha sido calificado por las autoridades iraquíes como un intento de eliminar a la minoría cristiana (alrededor de 600.000 personas) que viven en Irak.
El nuevo ataque en Irak ha golpeado de lleno a la mermante comunidad cristiana de un país árabe mayoritaritariamente musulmán chií. Si en 1980, los cristianos (de las distintas ramas coptos, católicos, ortodoxos o maronitas, entre otros) eran el 2,89 por ciento de la población en Irak, en 2008, apenas llegaban al 0,89 por ciento. La mayoría ha emigrado por el ataque sistemático de los activistas islámicos desde el fin del régimen de Sadam Husein en 2003.
El Papa Benedicto XVI denunció ayer el «feroz» asalto y pidió que se renueven los esfuerzos internacionales para lograr la paz en la región, informa Ap. Pero las Fuerzas de Seguridad iraquíes han intentado justificar el fiasco de la operación rescate.
El asalto (que se hizo desde tierra y aire) era necesario, argumentan, porque los rehenes corrían peligro inminente. «Tomamos la decisión de lanzar la ofensiva porque no era posible esperar. Los terroristas tenían planeado matar a un buen número de nuestros hermanos cristianos», explicaba el Ministro de Defensa iraquí, Abdul-Qadr al-Obeidi. Para él la «operación se realizó con éxito» pues «todos los terroristas fueron asesinados y tenemos otros sospechosos detenidos». Pero en el camino, la mayoría de los feligreses que atendían la eucaristía en el templo católico asirio de Nuestra Señora de la Liberación en Bagdad resultaron muertos o heridos.
Según los datos oficiales que dió el viceministro de Interior, el general Hussein Ali Kamal, 52 personas fallecieron y 67 resultaron heridas. Entre los muertos, al menos diez policías, dos sacerdotes, y entre cinco y ocho de los atacantes. Lo que no está claro si los rehenes murieron por fuego enemigo o de las Fuerzas de Seguridad locales.
No obstante, según la versión de dos oficiales de seguridad, la mayoría de las muertes se produjeron en el sótano cuando uno de las terroristas armados mató a unos 30 rehenes al oír que las fuerzas iraquíes entraban al edificio. «No tenemos claro si los feligreses fueron asesinados por balas de las fuerzas iraquíes o de los terroristas, pero lo que sí sabemos es que la matanza comenzó cuando los iraquíes entraron en la iglesia», explica el legislador cristiano Younadem Kana, que calificó la operación de «precipitada» y «poco profesional».
La secuencia de hechos que llevó al trágico desenlace comenzó alrededor de las 5 de la tarde cuando los terroristas con chalecos bomba y armados con granadas atacaron el edificio de la Bolsa en Bagdad en lo que ahora se ve como un intento de los asaltantes de desviar la atención de su verdadero objetivo: la cercana iglesia de la Salvación en un barrio acomodado de la capital. Minutos después de la ofensiva contra la Bolsa, que hirió a dos guardas, los insurgentes entraban en el templo, mataron directamente al sacerdote y tomaron a unos 120 feligreses como rehenes.
Los militantes contactaron con las autoridades por teléfono y reclamaron la liberación de prisioneros de Al Qaida y de mujeres supuestamente convertidas al Islam que son retenidas por la iglesia copta en Egipto. Fue entonces, cuando las Fuerzas iraquíes lanzaron la operación rescate. La autoría del suceso ha sido reivindicada por el grupo suní Estado Islámico de Irak, una organización vinculada a Al Qaida. En el comunicado atribuyéndose los hechos anuncian que los cristianos iraquíes seán «exterminados» si las mujeres musulmanas en Egipto no son liberadas. Concretamente, con esta frase se refiere a dos mujeres casadas con coptos pero convertidas al Islam que están siendo retenidas en el país egipcio en contra de su voluntad. Ayer, las autoridades iraquíes reforzaron la seguridad para proteger vecindarios e iglesias cristianas en Mosul, Kirkuk y Bagdad. «Esto es más que una tragedia», dijo el ministro de Derechos Humanos de Irak, Wijdan Mikheil, que es cristiano. «Lo que ocurre a los iraquíes, y a los cristianos en particular, es un intento de expulsarlos del país, pero espero que los iraquíes permanezcamos unidos», añadió. Unas palabras que ha refrendado el primer ministro en funciones, Nuri al-Maliki, que consideró el ataque como un intento de los insurgentes de volver a Irak en una «lucha sectaria» y de expulsar a los cristianos del país. Aunque algunas iglesias han sido víctimas de bombardeos en Irak en años recientes –la misma Nuestra Señora de la Libertad lo fue en 2004– e incluso se ha secuestrado y asesinado a sus sacerdotes, nunca había habido una toma de rehenes tan larga y dramática como la del domingo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar