Nueva York
Obama gana tiempo pero la recesión económica le acosa
El presidente Barack Obama compareció ayer desde el Jardín de la Rosaleda después de que el Senado aprobase en plan de emergencia para evitar la suspensión de pagos en EE UU. «Quiero agradecer a los estadounidenses sus presiones a los legisladores. Es un paso importante», admitió Obama, quien había pedido a sus ciudadanos el envío de e-mails y «tweets» a los legisladores.
«Pero es, sin embargo, sólo el primero. Este compromiso requiere que ambos partidos trabajen juntos en un plan mayor para reducir el déficit. Hay que hacer ajustes para proteger los programas del sistema sanitario. Y reformar el de impuestos para que los más adinerados y las grandes corporaciones paguen una cuota (de taxación) más justa», recordó el presidente después de que el Senado aprobase la medida ayer por 74 votos a favor y 26 en contra. La Cámara de Representantes le dio el visto bueno el día anterior por la tarde en una sesión que terminó con 269 respaldos y 161 votos en contra. Aun así, es demasiado pronto para cantar victoria. Y se desconoce cómo y cuándo se revitalizará la débil economía estadounidense. Y sobre todo qué ocurrirá en las elecciones de noviembre de 2012.
De momento, Obama tiene menos de un año para relanzar la situación económica, algo que se le presenta muy difícil después de todos los recortes de gasto de este plan de emergencia para evitar la suspensión de pagos. Por ello, durante su intervención de ayer, Obama repitió que «en los próximos meses, seguiré luchando por lo que los estadounidenses están más preocupados: nuevos trabajos, salarios más altos y crecimiento económico más rápido. Mientras Washington se ha visto absorbido en este debate por el déficit, la gente a lo ancho del país pide que ayude a los padres a buscar trabajo», recordó el presidente. Tampoco está del todo claro qué será del portavoz de la Cámara de Representantes, John Boehner. Este conservador ha pasado de ser uno de los políticos más influyentes a ser un congresista débil e incapaz de convencer a su «caucus» de que apoyase el plan de emergencia.
Pero sí hay claros políticos que han salido reforzados después de esta dura negociación. El vicepresidente Joe Biden echó mano de su experiencia como senador de Delaware durante los últimos 36 años para negociar con su amigo, el senador republicano Mitch McConnell, de Kentucky. El líder de la minoría conservadora demostró que está preparado para convertirse en líder de la mayoría republicana del Senado en 2013. Mientras, la negativa en bloque del Tea Party a este plan les ha hecho perder apoyo entre los votantes. En cambio, el tono conciliador de los republicanos moderados ha conseguido que tengan mayor apoyo de los votantes en las encuestas.
Entre los perdedores también están Nancy Pelosi, Harry Reid y los liberales demócratas. El partido de Obama ha cedido en un 80% a las demandas de los republicanos. Ahora Pelosi debe explicar al sector de izquierdas de la Cámara de Representantes por qué les ha obligado a votar a favor de una ley que incluye recortes de los programas sociales. Y después estos congresistas tendrán que convencer a sus votantes de la necesidad de su apoyo a la misma ley.
No obstante, Obama ha conseguido lo que quería: evitar este espinoso debate justo antes de las elecciones de noviembre. De momento, tiene pendiente la cuestión de subir los impuestos a los ricos. Algo que todavía no ha conseguido arrancar entre el paquete de concesiones de los republicanos, a pesar de que es una de sus grandes promesas de campaña.
«Gabby» vuelve al Congreso
La congresista demócrata de Arizona Gabrielle Giffords, herida en la cabeza por un desequilibrado en enero, acudió al Capitolio para votar a favor de la controvertida ley para aumentar el techo de deuda. Su aparición, anunciada a los congresistas sólo minutos antes de la votación, ha sido el único momento de unión del Congreso durante los últimos días. «Gabby», emocionada, fue recibida con un gran aplauso por parte de todos sus compañeros de la cámara.
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