Londres
Los Rolling
Ha llegado el momento de empezar a asumir que seguimos siendo campeones de Europa. Las últimas 24 horas han sido de las más intensas de mi vida. Todo el trabajo de muchos meses se ha concretado en un título al que, como se ha comprobado, aspirábamos con fundamento. En la fiesta de Lituania la palabra que más escuchamos fue «congratulations». Todo el mundo nos felicitaba. Han quedado impresionados con el nivel de la Selección. Casi tanto como nos hemos quedado nosotros cuando hemos visto la que se había organizado en Madrid. Alguno me consta que prácticamente no durmió entre la juerga en Lituania, el avión, la llegada al hotel y los preparativos para ir a La Moncloa. Después de reponer fuerzas con toda nuestra gente hemos comenzado el recorrido en el autobús descapotable hasta Callao y ha sido una forma muy emocionante de ver Madrid. Como ha dicho Ricky cuando le ha tocado hablar: «Desde aquí arriba esto acojona». Tenía toda la razón del mundo. Parecíamos unas estrellas del rock. En realidad, los jugadores son algo parecido. Ya lo dijo hace años Herreros: «Antes no nos recibía ni el director del hotel de turno y ahora parecemos los Rolling Stones». Pues eso. Ahora toca el regreso a la realidad. Unos se irán a la NBA, siempre y cuando acabe el cierre patronal; otros se quedarán en la ACB; el seleccionador se marcha a Milán, pero seguirá en contacto con nosotros y otros seguiremos en la Federación después de un verano casi perfecto.
Y por si alguien tenía dudas sobre el futuro del equipo, que nadie olvide que este grupo sigue con hambre, con mucha hambre. «Calde» ya ha «avisado» a los estadounidenses de lo que les espera en Londres: el siguiente objetivo de la Selección es el oro olímpico. Y ya se sabe que cuando estos chicos se empeñan en algo...
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