José Antonio Griñán
El Rey apela al espíritu de las Cortes de Cádiz para mantener a España unida
Hace doscientos años, el pueblo español, representado en las Cortes de Cádiz, dio la espalda al totalitarismo y al Rey Fernando VII para trazar la primera línea de la España moderna. Ayer, Su Majestad el Rey, acompañado por todos los poderes del Estado democrático, rememoró aquel consenso, aquella libertad, para trazar las líneas de la España de hoy.
En un acto solemne, Don Juan Carlos quiso conmemorar una reunión de hace doscientos años que representó a «una Nación orgullosa de su identidad y decidida a tomar las riendas de su propio destino». Porque allí, en San Fernando, subrayó, «se abrió un capítulo fundamental de la gesta colectiva iniciada en 1808, cuando el pueblo se alzó como titular del ser y del destino de nuestra Nación».
Sobre esa afirmación, el Rey destacó que «los grandes pueblos saben exaltar los logros del pasado, para avanzar en el presente y ganar el porvenir». Y así, uniendo a esta afirmación la exaltación de los «grandes valores y principios que emanan de la libertad», Don Juan Carlos recalcó que «fue por lo tanto mucho el trabajo, el consenso y la solidaridad que, en tiempos particularmente difíciles, animaron a aquellas Cortes a labrar el mejor porvenir para nuestro país y sus ciudadanos». Ese espíritu tuvo su continuación, prosiguió el Rey, en la Constitución de 1978, un espíritu que inspiró a los constituyentes de hace tres décadas, «para construir una España moderna, unida, diversa y solidaria en torno a una Constitución de todos y para todos». Como colofón a su discurso, Don Juan Carlos se unió al grito que hace dos siglos recorrió la Isla de León y exclamó «¡Vivan las Cortes! y ¡Viva España!».
Al lado del pueblo
Y mientras Don Juan Carlos ensalzaba las Cortes y la Constitución, el presidente del Congreso, José Bono, aprovechó el acto para rendir un homenaje al monarca. Le dijo: «habéis hecho por España, y por la Monarquía, más que todos vuestros antepasados juntos», y le garantizó que «los españoles os quieren», pese a que «algunos nostálgicos de la dictadura» no le perdonen que se pusiera al lado del pueblo, informa Efe. Bono recordó que España disfruta del periodo de libertad continuada más largo de su historia, destacando que para ello fue decisiva la decisión del Rey «a la hora de cortar con la herencia de la dictadura». Algo, que los asistentes al acto subrayaron con un grito de «¡Viva el Rey!» que fue seguido por todos los asistentes con aplausos.
Pero, además, el presidente de la Cámara Baja aprovechó para criticar a los nacionalistas o independentistas que «torpemente» llaman a España «el Estado», de manera «tan equivocada como ridícula». Ante esto, advirtió sobre la necesidad de «impedir que en España nazca un español que tenga más derechos que otros». Y avisó: «Por más que se empeñen los derrotistas, España no es un edificio en ruinas».
En este acto, en el que San Fernando se convirtió en el epicentro de la democracia española, Sus Majestades estuvieron acompañados, además, por el presidente del Senado, Javier Rojo, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas; el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar; la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, entre otros. Y junto a ellos, cientos de ciudadanos que se amontonaron en la zona desde primera hora de la mañana no pararon de aplaudir a Don Juan Carlos.
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