Estados Unidos
Las dudas de Obama
Los datos de crecimiento real del PIB estadounidense (menos del 1% en la primera mitad del año) muestran que la economía de Estados Unidos se encuentra al borde de la recesión. Una situación que no sería preocupante de deberse solamente a problemas coyunturales y muy concretos, como el aumento de los precios del petróleo o las consecuencias del trágico terremoto en Japón. Sin embargo, la debilidad actual de la economía norteamericana también está relacionada con otros factores de naturaleza duradera y estructurales que amenazan su crecimiento de un modo que nos resulta muy familiar a los europeos.
De hecho, la flexibilidad del mercado de trabajo, una de las fortalezas tradicionales de la economía de los Estados Unidos, se ha visto claramente afectada en la pasada crisis y los desempleados de larga duración ya representan el 45% del total de desempleados, mientras que en otros momentos de dificultad en la creación de empleo esta cifra nunca llegaba a representar el 25%. Adicionalmente la polarización política por la proximidad de las elecciones ha llevado a un acuerdo en el aumento del techo de deuda que implica importantes restricciones presupuestarias a partir de 2012, un ajuste que debería haber sido escalonado en el tiempo para no amenazar el crecimiento del país y limitar el margen de maniobra del Gobierno.
En este contexto, el discurso de Barack Obama, que había levantado muchas expectativas, ha despertado también enormes dudas, porque si existen remedios milagrosos, ¿por qué no se han aplicado antes?
Un discurso, en definitiva, que forma parte de la precampaña electoral de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2012 y cuyas promesas tendrán difícil ver la luz dada la oposición de la mayoría republicana en el Congreso.
✕
Accede a tu cuenta para comentar