Sólo el número de medallas es bueno satisfactorio por Julián García Candau

Miguel Cardenal y Alejandro Blanco entienden que todos cuantos deportistas españoles han competido en Londres merecen aplauso y comprensión. El secretario de Estado y el presidente del COE creen que la cosecha de medallas ha sido satisfactoria. El número les ha parecido importante y, por supuesto, entre lo padecido la primera semana y lo disfrutado en la segunda ha habido notable diferencia.
Además del número conseguido existe un análisis diferente, el de la calidad, y al mismo se dedicarán cuando vuelvan a Madrid, porque hay que estudiar los resultados de algunas federaciones.
En el ambiente no existe otra polémica que la de la Federación Española de Atletismo, que ha presumido de contar con una representación enorme y ha obtenido resultados pobres de acuerdo con el presupuesto que maneja. Cardenal está de acuerdo con que se debe revisar el sistema de selección que se sigue porque no es satisfactorio. Ambos creen que José María Odriozola fue elegido democráticamente y solamente quienes tienen derecho al voto pueden elegir a otro en asamblea. Pero dicho esto, se les nota clara insatisfacción, porque como se les ha recordado, hemos vuelto a los niveles de 1976.
Los dirigentes del deporte español tienen en el futuro inmediato la revisión del programa ADO. La crisis económica se supone que variará sustancialmente los presupuestos. En periodo de crisis económica general es previsible que también el deporte se resienta. Las empresas patrocinadoras quizá no estén en las mismas condiciones que hace unos años y aunque siempre han mostrado su compromiso con el programa ADO, es probable que en el futuro inmediato haya recortes.
Consejo y COE, no obstante, continuarán trabajando para que los programas de preparación de los deportistas olímpicos no sufran un parón. Sobre todo si, en septiembre del próximo año, Madrid fuera elegida sede de los Juegos de 2020.
Los máximos dirigentes del deporte olímpico español han tenido palabras de agradecimiento para todos los deportistas que han pasado por los recintos deportivos londinenses, pero en el fondo, aunque no lo manifiestan, les consta que España ha cosechado muchas medallas, tal vez más de las que de manera optimista se pronosticaron, pero en deportes fundamentales no ha habido resultados entusiasmantes. Indudablemente, las dos medallas de plata de Mireia son gran conquista, pero desde el punto de vista de la participación federativa hay que hacer constar que solamente ella ha sido finalista.
En Londres ha fracasado el atletismo con cuatro actuaciones meritorias y ha sido pésima la participación del fútbol. Hemos tenido que aplaudir las conquistas en deportes menores. Todos merecen aplauso, pero la historia dice que de ellos no se volverá a hablar hasta dentro de cuatro años.
El número de medallas es el envoltorio de la actuación en Londres. Lo fundamental ha estado en Mireia, y el baloncesto, y no debemos olvidar el valor de lo que, en general, han aportado las mujeres. Han sido especialmente meritorios la plata de waterpolo y el bronce de balonmano. Probablemente las olvidaremos dentro de poco.

Posdata
Serán pocos los piropos que los periodistas dediquemos a las deportistas españolas. No sólo han reivindicado el papel de la mujer en los Juegos, sino que han sido las salvadoras del papel de la delegación. Las mujeres han dejado huellas olímpicas imborrables. Los nombres de quienes han subido al podio en natación, waterpolo, balonmano, natación sincronizada o vela perdurarán. Londres fueron los Juegos de la mujer.