España
El motín de Rubalcaba por Alfonso Merlos
Hay que ser un alma cándida para pensar que las maniobras del lendakari Patxi López contra las reformas de Mariano Rajoy nacen en el socialismo vasco; o que tienen que ver con la particular idiosincrasia de una región a la que le han surgido, repentinamente, una serie de dudas filosóficas sobre la fisonomía del Estado. Asistimos, sin trampa ni cartón, a una maniobra contra la autoridad constituida y lo que dispone: una meridiana manifestación de antipatriotismo; un motín en toda regla con un capitán perfectamente definido.
Es un hecho incontrovertible e indisimulado. La izquierda quiere ganar por las buenas o por las malas lo que ha perdido en las urnas; lo que le han negado los españoles por sus errores y sus desastres.
Y ahí está. Recurriendo a ratos a la calle y a ratos a los más altos tribunales, pero negándose a acatar lo que España necesita, que es lo que Mariano Rajoy está sacando adelante con esforzada valentía y sacudiéndose irresponsables resistencias: una reforma atrevida en una devaluada educación, un revolcón en una insostenible sanidad y una revolución en el mercado de trabajo que destruyeron, literalmente, los paladines del puño y la rosa.
Pongamos las cosas en su sitio. Una cosa es que sea pertinente una aclaración, si es necesario vía legislativa, de las competencias de cada una de las administraciones públicas. Pero otra muy distinta es que el Partido Popular tenga una voluntad de agredir y provocar a las pocas instituciones que siguen gobernadas por el PSOE.
Ésta es, simplemente, la cutre coartada de todos aquellos que han llevado a la quiebra la sociedad del bienestar española y ahora pretenden erigirse en sus fariseos redentores.
No cuela, señor Pérez Rubalcaba. Son demasiados años, demasiadas conspiraciones y demasiadas deslealtades.
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