Arganda del Rey
Rubén Vacas: «Redes sociales No tengo ni Facebook»
Nació: Madrid, 1981. Una película: «¡Jó, qué noche!». Un libro: «La mecánica del corazón». Un tipo de música: soul. Dentro de 20 años: no me gusta mirar al futuro.
–A sus 30 años tiene un centro de audición clínica en Arganda del Rey… ¿Mucho trabajo?
–Sí, cuentan mucho las ayudas que te prometen y que se quedan en nada. En la vida no se puede contar con nadie.
–Usted tiene un centro auditivo…
–Sí, me propuse ir por libre, encontré un socio que llevaba seis años en el sector. ¿El logro? Dar a las personas mayores un trato humanizado.
–Maltratamos a nuestros mayores, ¿no?
–Sí. No los respetamos, y lo peor, no aprendemos de ellos con la tremenda cultura que tienen; puede que no sea académica, pero son muy cultos.
–¿Qué carencias encuentra?
–La gente mayor nos aporta mucho, pero en su vejez hacen por nosotros mucho más de lo que sabemos.
–¿Por ejemplo?
–Nos enseña la honradez, a respetar más a los demás y valorar la buena educación.
–¿Qué carencias sufren los jóvenes hoy?
–Hay una desconfianza total. Tienes que demostrar que vales. Y, sinceramente, somos los llamados a tirar del país. Que no nos pongan impedimentos, cuesta mucho tirar.
–En su haber…
–Somos más creativos, tenemos las ideas más claras a nivel empresarial. Vivimos en una época en que nos tenemos que buscar la vida, por lo que hay que ser más versátil y flexible, más trasparente y decidido.
–De internet, ¿qué me dice?
–Tiene cosas positivas, pero creo que mucha gente lo utiliza mal porque se queda anclado en su casa buscando amigos o pareja. Tendría que ser una herramienta más de trabajo que de ocio.
–No me diga que odia las redes sociales…
–Si se pierde el trato directo, cercano, sí. Facebook y Tuenti se terminan convirtiendo en una herramienta de cotilleo. Es más, no tengo Facebook.
–¿Las relaciones se están banalizando?
–No diría eso. Creo que escasean las relaciones duraderas. Pero creo que Facebook o los chats ayudan a la gente más introvertida… Después, la mayoría de los que conozco se quedan en nada.
–¿Indignado?
–La gente hace bien en reivindicar. No sé si servirá, también intuyo que en ese colectivo hay gente que sólo busca la polémica por la polémica. Es más un gesto de rebeldía que una necesidad.
–¿Algo que decir a los partidos políticos?
–Hacen mucho ruido innecesario. Yo lo que hago es no oírlo, me perturba. No me gusta la política, todos son iguales. Primero miran por ellos mismos, por su partido. La gente no da demasiada credibilidad a los que están arriba. Sinceramente, no voto porque no me ofrecen confianza.
–¿Alguna petición?
–Más bien una reflexión: no nos educaron en valores sino en metas. El exceso de cortesía nunca está de más. Hay que cuidar las relaciones profesionales y personales sin medir.
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