Menú castizo y guiño al Real Madrid

La mayoría de las miradas se centraron en la baronesa Thyssen, que recogió su Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo sobre unos altísimos tacones; en el empresario y catedrático Juan Miguel Villar Mir, o en el también empresario y presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, al que Esperanza Aguirre quiso lanzar un guiño al dedicarle un «nada es imposible», en referencia al último de los «clásicos» que el equipo madrileño jugará hoy contra el Barça.

Por el escenario de la Real Casa de Correos pasó también la viuda de Enrique Morente, Aurora Carbonell, que recibió uno de los aplausos más cerrados de la mañana; el bioquímico y oncólogo Mariano Barbacid, o el cronista de la Villa, director de informativos de Madrid en COPE y columnista de LA RAZÓN, Ángel del Río.

Muy comentada fue la ausencia del torero galardonado José Tomás y, sobre todo, que no mandara a nadie en su representación. Fuentes regionales puntualizaron que el diestro se encontraba en México y que la entrega de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo se realizará a su vuelta. Del torero, así como del resto de premiados, Aguirre destacó que «sus éxitos personales y profesionales son para todos un motivo esperanzador para afrontar el futuro». Tras el acto institucional, la presidenta regional presidió la parada militar, en la que por primera vez recibió honores y pasó revista a las unidades del Ejército, Guardia Civil y Policía que participaron.

Otra de las novedades de la mañana fue la ausencia del tradicional besamanos, al que con más de 1.500 asistentes Aguirre dedicaba más de dos horas. En su lugar, la presidenta saludó ya desde el patio de la sede de la Comunidad de Madrid a sus invitados, entre los que se encontraban la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría; la diputada nacional Ana Mato; el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, así como conocidos rostros del mundo de la judicatura, empresarial, sindical, universitario, periodismo y de la farándula, que disfrutaron de un aperitivo de productos 100% madrileños realizado por chefs de prestigio como Mario Sandoval o Darío Barrio. La presidenta, sin embargo, optó por la tapa de «cocido madrileño en miniatura», obra de José Luis Inarejos.