Camps pide unidad para superar las crisis

«Las circunstancias económicas, financieras y la falta de reformas, han roto ese círculo virtuoso de crecimiento económico y de generación de empleo, y todos tenemos la obligación de trabajar sin parar, aportando lo mejor de todos nosotros, y renunciando a nuestras diferencias para conseguir que esta comunidad continúe siendo un territorio de actividad, riqueza, prosperidad, bienestar, oportunidades y ocupación para todos».

El jefe del Consell admitía que el paro es la principal preocupación de los valencianos, pero también «el agua, la falta de financiación o la defensa de la señas de identidad». Insistió en que hay que hacer todo lo posible para trasladar confianza a los empresarios porque de su tenacidad depende en buena medida el futuro de los valencianos.

En este sentido, Camps defendió la capacidad productiva de la Comunitat. Aseguró que no se puede renunciar a desarrollar ninguna actividad. Todos los sectores productivos tienen cabida, desde el cultivo de la tierra, hasta la industria de mayor innovación. Realizó especial hincapié en la necesidad de buscar nuevos mercados donde exportar los productos valencianos porque «debemos obligarnos a no depender de nadie».

Pero además de la crisis económica, el 9 d' Octubre de 2010 será recordado como el del tren de alta velocidad. El viaje inaugural del AVE será el próximo 18 de diciembre y supondrá una revolución para toda la Comunitat. El jefe del Consell reiteró que el «eje tractor sobre el que han rodado las expectativas más ambiciosas de la España del siglo XIX y XX, que estaba al norte, pasa a girar, de manera irreversible, entorno al eje Comunitat Valencia- Madrid».

Este tímido reconocimiento esta infraestructura que llega de la mano de un Gobierno socialista tuvo su correspondiente reclamación. Aseguró que la Comunitat sigue construyendo colegios y hospitales a pesar de no recibir la financiación que le corresponde por parte del Gobierno central.

Para finalizar Camps recordó que cada 9 d'Octubre los valencianos reivindican que son un pueblo que han conseguido superar muchas dificultades y destacó la grandiosidad de valencianos como los premiados con las distinciones de la Generalitat valenciana, «personas y entidades que dan esplendor y luminosidad a nuestro devenir como pueblo».


El Saló de Corts del Palau de la Generalitat fue el escenario de la entrega de los premios de la Generalitat. Este año se ha concedido la Alta Distinción de la Generalitat y la gran cruz de la orden de Jaume I al director del Instituto de Geografía de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina.

Manuel Dormido, fallecido en Haití en labores humanitarias, la Asociación Intervención Ayuda y Emergencia, el Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer y la doctora en Antropología Ana Giménez fueron galardonados con la Distinción de la Generalitat.
La jefa del servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico de Valencia, Ana Lluch, recibió la Distinción al Mérito Científico, creada este año, por su dedicación al tratamiento de pacientes con cáncer de mama y su labor investigadora.

La Distinción al Mérito Deportivo fue para el ex jugador del Power Electronics Valencia Víctor Luengo; para la Federación Valenciana de Fútbol, que en 2009 cumplió cien años de su creación, y para el Hércules CF, fundado en 1922 y que acaba de ascender a Primera división. La Distinción al Mérito Cultural se dio a la Sociedad de Cronistas del Reino de Valencia; al escultor y pintor valenciano Nassio Bayarri; y al artista valenciano Manuel Silvestre, autor entre otras de la fuente homenaje al río Turia, mientras que el Premio de las Letras la recibió el escritor Santiago Posteguillo.

Gil Olcina, fue el encargado de hablar en nombre de todos los premiados. Además de alabar la labor de los condecorados, quiso destacar que el agua es un «problema capital» y es necesaria para vertebrar la Comunitat.

Tras la entrega de estos premios, Camps participó en la procesión cívica y en el homenaje a la estatua de Jaume I. La mañana terminó con una recepción en el Palau a la que acudieron políticos y representantes de la sociedad civil.


Una procesión tranquila y sin lluvia
Cerca de 90.000 personas, según el Ayuntamiento de Valencia, acompañaron a la Real Senyera durante el recorrido de la tradicional procesión cívica del Día de la Comunitat Valenciana, que se desarrolló sin incidentes destacables. El encargado de portar el estandarte fue el concejal popular Ramón Isidro Sanchis, que a las doce en punto del mediodía tomó la Senyera en la plaza del Ayuntamiento en perfecta verticalidad. Este acto conmemora la entrada de Jaime I a Valencia en 1238 para liberar la ciudad de cinco siglos de poder musulmán, promulgar «Els Furs» y sentar las bases jurídicas para la constitución del Reino de Valencia. En la comitiva oficial, la alcaldesa Barberá, Camps, consellers, diputados y concejales.