Balón de Oro
Estaba cantado
Vicente del Bosque hizo bien en seleccionar a Valdés, quien había protagonizado una gran campaña con el Barcelona. Era lógico escoger a los mejores para el Mundial de Suráfrica, pese a que tendremos que hablar de algún olvido a la vista de los ocurrido frente a la selección de Arabia Saudí. Lo que parecía inevitable, lo anunciado, lo pronosticado sin márgenes de error, era la polémica que surgiría en cuanto Casillas tuviera un fallo. Sucedió en el amistoso del sábado y en horas veinticuatro la discusión saltó de las musas al teatro.Iker no estuvo acertado y se ha comenzado a recordar que ésta no ha sido precisamente la mejor temporada de su vida con el Real Madrid. Era inevitable que la compañía de un tercer portero como el barcelonista pondría en cuestión la titularidad del madridista.En el fútbol si hay un individuo a quien debe dársele toda confianza, por encima de cualquier error circunstancial, es el portero. Los entrenadores, que en más de una ocasión tienen planteada la misma cuestión, han de inclinarse por quien consideran que debe jugar. La alternancia en la portería es grave error. El guardameta ha de sentirse seguro porque a nadie peor que a él le pueden acongojar las dudas.No es bueno que en las vísperas surja ya el dilema. Valdés no podrá sentirse en modo al- guno el tercer hombre en la portería. Y, además, tendrá a más gente que le escriba que a Reina.El tercer portero ideal de cualquier equipo es aquel que debe saber que sólo puede jugar en caso de catástrofe. Ha de ser un simple ayuda de cámara. Y ha de tener calidad suficiente para que se pueda recurrir a él en situación extrema. Fue el ejemplo de Palop en la Eurocopa.
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