Zaragoza

Tamborrada de Resurrección

La Semana Santa de 2011 será recordada como una de las más pasadas por agua. La lluvia ha deslucido numerosos desfiles procesionales y ha impedido que madrileños y foráneos disfrutaran de las imágenes y los pasos en la calle.

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Sin embargo, las inclemencias del tiempo respetaron el Domingo de Resurrección y la Tamborrada de la Plaza Mayor cerró la Semana Santa madrileña como estaba previsto. Hasta el corazón de la ciudad se desplazaron centenares de madrileños y turistas para disfrutar de una tradición que se había perdido y que se recuperó en 1996.

La Tamborrada ya existía en el siglo XVI, cuando salía la Soledad con la guardia tudesca, según explicó el Hermano Mayor de la Hermandad de La Soledad de Madrid, Mariano Rivera. En declaraciones a Ep, Rivera relató el origen de tocar el tambor en Semana Santa.

«Surge en Calanda cuando buscaban una forma de convocar a los fieles a los cultos y lo hacen con los tambores porque las campanas no pueden sonar ya que Cristo ha muerto», explicó. Además, cada año, la Hermandad de la Soledad de Madrid invita a una cofradía de Zaragoza o Aragón para que sean los encargados de la Tamborrada. Este año han sonado los tambores y bombos de la Cofradía de Jesús Atado a la Columna de Villamayor de Gállego, de Zaragoza.

La Hermana Mayor de esta cofradía, Clara Isabel Julián, se mostró muy contenta por haber conseguido participar en esta Tamborrada de Madrid. «Venimos de un municipio de 2.300 habitantes y somos una cofradía que llevamos 20 años, por lo que hay mucha gente joven. Para ellos ha sido un día excepcional y una alegría».

La Tamborrada de ayer fue recibida con mucho cariño por los fieles que la acompañaron a lo largo del recorrido que transcurrió por la plaza del Conde Miranda, la calle del Sacramento, la de Cordón, la plaza de la Villa, la calle Mayor y la de Ciudad Rodrigo hasta llegar a la Plaza Mayor, donde esperaban centenares de personas. El sonido de los tambores puso así el punto final a una Semana Santa que ha estado marcada por el mal tiempo y la falta de procesiones en la calle.