Roma

El marido de la Esteban rechaza un premio gordo por Jesús Mariñas

El marido de la Esteban rechaza un premio gordo por Jesús Mariñas
El marido de la Esteban rechaza un premio gordo por Jesús Mariñaslarazon

Va de engañifa, de montaje descarado. Es una tomadura de pelo. Belén Esteban y su marido tienen al país en un puño porque alguno todavía se cree el arrepentimiento de Fran que en su día dijo que «jamás pisaré un plató de televisión» y horas después le vemos sentado ante un Jorge Javier Vázquez de gesto adusto y ensombrecido por intentar darle veracidad al supuesto dramón doméstico. Ni el mejor culebrón venezolano llegaría a tanto. La nueva separación de la Esteban –la cuarta en un matrimonio de tan sólo dos años– ha sido explotada al máximo. ¡Qué manera de sacarle jugo a los sentimientos y al desmadre casero! Porque no contento con abandonar su recién estrenado chalé en Paracuellos del Jarama, nido de desavenencias constantes, Fran partió a Foz, en la costa gallega.

Todos están metidos en el ajo, como responde al reparto de una comedia con buenos, malos y trepadores. Me choca que Fran, al que tan sólo conozco telefónicamente, haya perdido y olvidado aquellas buenas maneras de sus comienzos, cuando parecía un joven transparente. Era un buen contrapunto para las constantes pataletas de su esposa. Uno malpiensa que esta riña ha sido un balón de oxígeno para la cadena donde trabaja Belén, dados los últimos subidones de Antena 3.

Tanto en las mañanas de «Espejo público», como con sus especiales sobre Raphael y el «caso Malaya» y sin descontar a «DEC», siempre a la zaga de «Sálvame». Suena a argucia competidora porque si hay algo evidente es que nadie aventaja a la antigua princesa de San Blas, que acapara toda la atención y barre en audiencias. Es un filón hasta ahora inagotable pero que puede que termine pronto.

Primero explotaron las desavenencias con Jesulín, después vino su contencioso con los Janeiro, seguido de su enfrentamiento con María José Campanario. Fran Álvarez es la guinda que remata la historia más grande jamás contada. Son como marionetas de cahiporra que dicen Diego donde aseguran digo. Hasta 250.000 euros llegó a ofrecerle Antena 3 –todo un récord que superaron otros–, sin embargo, Fran, o eso asegura, habló «por amor». Pero, ¿quién rechazaría un premio gordo? Un guión muy bien ligado donde, se ve, como en todo, la mano de quien hace tiempo quiso enredarme también en la venta de las fotos de Mar Flores y el conde Lecquio en Roma. La historia parece más una película de terror.