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Liberados todos los detenidos en las protestas anti Putin
La policía de Moscú liberó hoy a todos los opositores detenidos este lunes en dos protestas para denunciar un supuesto fraude en las elecciones presidenciales del domingo ganadas por el primer ministro, Vladímir Putin.
"Tras rellenar las denuncias por comisión de faltas administrativas todos los detenidos han sido puesto en libertad", informó a la agencia Interfax un portavoz de la policía de la capital rusa. Las autoridades de Moscú detuvieron anoche "a 250 personas, entre ellas (los opositores) Iliá Yashin, Serguíe Udaltsov y Alexéi Navalni"por participación en actos públicos no autorizados y desobediencia a las fuerzas del orden", explicó el funcionario.
La ciudad de Moscú es, de acuerdo con los escrutinios, el núcleo de población que menos porcentaje de votos otorgó a Vladimir Putin durante la jornada del domingo. Por si no había quedado claro, ayer volvió a demostrarlo. Los moscovitas salieron en bandadas a la calle para denunciar lo que consideran un claro fraude electoral pese al Gran Hermano online que el Gobierno organizó para apaciguar las protestas de los últimos meses y aplacar las exigencias internacionales.
Hasta la plaza Pushkin subió la marea de personas: ondearon pancartas y la brisa movió los inconfundibles lazos blancos que denunciaban la farsa. Para los manifestantes, los resultados nunca serán justos mientras existan presiones sobre funcionarios y militares, mientras los medios de comunicación sólo emitan información pro Kremlin, mientras haya sospecha de que autobuses cargados de electores iban rotando de un colegio a otro repitiendo sus votos.
«Comicios ilegítimos e injustos»
Por su parte, los candidatos se pronuncian de igual manera sobre los comicios. Las palabras del líder del Partido Comunista, Gennadi Ziuganov, no dejaron lugar a dudas: «No reconocemos las presidenciales, las calificamos de ilegítimas, injustas y no transparentes». Tras estas palabras, estaba claro que el segundo en el ranking no asistiría a la reunión que Putin organizó ayer por la tarde con los perdedores. Sin embargo, la sorpresa de los comicios, Mijail Projorov, sí asistió a la cita; quizás para confirmarle a Putin que, en una sesión paralela, sus abogados ya preparaban un recurso ante los tribunales. En consecuencia, el magnate tampoco ha vacilado con sus declaraciones y ha asegurado que las elecciones «no han sido limpias».
Si la versión de los manifestantes o los candidatos no era suficiente, ayer también se pronunciaron instituciones internacionales de reconocido prestigio. La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) ha visto tanto importantes irregularidades en el recuento de papeletas como una campaña política «claramente sesgada» a favor del líder de Rusia Unida. Y es que el omnipresente Vladimir Putin hace que, en la mayoría de las ocasiones, exista una sospechosa confusión entre propaganda política y noticiario informativo. La misión europea también hizo referencia a las más de 180.000 cámaras web diseminadas por el Gobierno en los colegios electorales: «Los comicios fueron injustos, a pesar de algunas innovaciones en el sistema electoral», e indicó que las anomalías aumentaron durante el proceso de recuento en «al menos un tercio de los colegios electorales observados».
La Unión Europea también compartió ayer las mismas perspectivas del análisis de los observadores internacionales y, en su afán por aportar algo de claridad al resultado, solicitó al Kremlin que solucione las «deficiencias» que fueron detectadas. Tras tanta declaración, el líder de Rusia Unida no tuvo más remedio que apresurarse en defender la limpieza del proceso: la victoria se ha desarrollado en un clima «abierto» y hemos luchado en una «batalla honesta». Al igual que su líder, y nada más lejos de la versión de los manifestantes, los candidatos o las organizaciones internacionales, se ha situado el jefe de la campaña de Putin: han sido las elecciones «más limpias de la historia». «¿Cómo habrán sido las otras?», se pensaría en Pushkinskaya. Por el momento sólo hace falta tiempo para comprobar si Putin será capaz de completar su mandato de seis años o, incluso, incrementarlo a doce. Todo dependerá de las decisiones que tome la marea. Con el nuevo día quizá venga la calma y los ciudadanos se resignen. Podría ocurrir lo contrario y desatarse un maremoto dispuesto a acampar en plena plaza a cinco grados bajo cero para reclamar elecciones anticipadas. Quizás lo más correcto sería un intermedio: una marejadilla suave que se organice de forma civilizada para lograr objetivos eficientes en resultados y duraderos en el tiempo.
Las reformas graduales son, en la mayoría de los casos, una transición recomendable, especialmente cuando es necesario transformar la mentalidad de una sociedad que acepta los sobornos como una forma ordinaria de transacción habitual. «Tenemos seis años para crear un fuerte partido opositor» que pueda hacer frente a Putin y gane en las próximas elecciones, declaraba una periodista independiente en uno de los canales de televisión rusa. Las manifestaciones no siempre acaban bien. Ayer, 250 «indignados» rusos sin ideología ni líderes claros fueron detenidos. Por ahora.
Opositores en los blogs
La Policía rusa detuvo al opositor Alexei Navlany ayer, tras la protesta en contra de la victoria de Vladimir Putin el domingo. «Hola a todo el mundo desde la furgoneta policial», escribió Navalny, un bloguero anticorrupción, en su cuenta de Twitter. Según testigos en la plaza Pushkin, hay otro líder de las protestas que también fue arrestado.
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