Presentación

Horta reclama el 84% de elBulli

Los psiquiatras del empresario presuntamente estafado afirman que era «muy manipulable» en el momento que vendió sus acciones a Ferran Adrià

En el centro, Ferran Adrià y su socio Juli Soler, a la derecha de la imagen, en la Ciudad Judicial de Barcelona, donde llegó acompañado de amigos entre los que se encontraba el pastelero Christian Escribà (izda.)
En el centro, Ferran Adrià y su socio Juli Soler, a la derecha de la imagen, en la Ciudad Judicial de Barcelona, donde llegó acompañado de amigos entre los que se encontraba el pastelero Christian Escribà (izda.)larazon

El segundo día del juicio que se celebra en Barcelona por una presunta estafa cometida por el chef Ferran Adrià tuvo como principal protagonista un informe pericial encargado por los hijos de Miquel Horta, el ex socio del cocinero. Según este estudio, los demandantes reclaman el 84% del negocio de elBulli. Para el informe pericial, esta cifra equivale a 67 millones de euros, lo que se suma a los diez millones que piden a Adrià por la presunta estafa. Los hijos de Horta consideran que el chef compró a su padre el 20 por ciento de las acciones del restaurante que poseía por un valor ocho veces inferior al real. Horta sufre un trastorno psíquico y los demandantes creen que el cocinero se aprovechó de esta situación para pagar «únicamente» un millón de euros.

Préstamo millonario

Horta realizó en 1994 un préstamo a elBulli por un valor de 47 millones de pesetas, y por este motivo se quedó con el 20 por ciento de las acciones del restaurante. La familia cree que, en ese momento, Adrià y su socio, Juli Soler, engañaron al empresario, porque, según ellos, le correspondería un 84 por ciento de las acciones si se tiene en cuenta el dinero invertido. En 2005, Horta vendió su parte del negocio a Adrià y a Soler por un valor de 200 millones de pesetas. No obstante, la familia insiste en que esta cantidad debería haber sido mucho mayor.
La versión de Adrià es completamente diferente, y en la primera sesión del juicio negó cualquier estafa y señaló que compró las acciones para «ayudar» al empresario debido a su precario estado de salud y para apoyarle en la difícil situación económica por la que estaba pasando en aquellos momentos. La defensa del chef consideró ayer «razonable» el precio que se pagó a Horta. La sesión incluyó también las declaraciones como testigos de varios psiquiatras con la intención de averiguar si Horta estaba en plenitud de condiciones mentales cuando en 2005 se deshizo de sus acciones o si, por el contrario, Adrià y Soler se aprovecharon de su enfermedad para comprárselas a un precio inferior a su valor real.

El psiquiatra que atiende a Horta desde 2002 explicó que éste sufre un trastorno bipolar y otras afecciones psicopáticas que lo hacen «especialmente manipulable». Sin embargo, añadió que no hay documentos que certifiquen que tuviera este problema antes de 2007. De igual modo, afirmó con rotundidad que Horta «bien no ha estado nunca», y aseveró que ya en 2005 sufría un «estado depresivo con ideas suicidas que provocaba que fuera fácilmente manipulable, por lo que muchas personas se aprovecharon de sus debilidades». La familia no dio el paso de internarle hasta finales de 2009. Los psiquiatras de Adrià aseguraron, en cambio, que en 2005 Horta «no estaba en absoluto incapacitado para tomar este tipo de decisiones», que ahora les enfrentan ante la Justicia.