Feria de San Isidro
Sesión de kikirikí y media
Sevilla- Sus señorías se lo pasaron pipa en la sesión parlamentaria. Las risas pendularon de una a otra bancada como el viaje de un columpio. Y de cuando en cuando se mezclaban las palmas con el jaleo de un reñidero: «ahiii, ahiii» se le escuchaba al portavoz socialista Mario Jiménez. La culpa la tuvieron Arenas y Griñán, que a falta de profundidad dialéctica, es justo reconocerles esta vez alguna chispa ocurrente. Sentando las zapatillas en la arena taurina –que es en la que uno mejor se asienta–, hubo faena sevillana. De un kikirikí y un par de medias verónicas para, como decía Belmonte, «ahorrarse la otra media». El ambiente lo animó el resbalón de Griñán recomendándole a Valderas que fuera a Écija a ver el excelente trabajo de los empleados públicos en mitad del lodazal. Fue un resbalón porque, teniendo en cuenta que el presidente de la Junta aún no se ha enfundado las katiuskas y sigue al socaire del despacho, estaba cantado el remate en plancha del líder del PP-A: «Lo que faltaba es que mande a Valderas a Écija cuando usted no ha ido todavía». A partir de ese momento a Arenas se le vio crecido, con plaza, y le recordó al presidente de la Junta que después de privatizar «el Gordo de Navidad» y los aeropuertos, después de recortar el sueldo a los empleados públicos y congelar las pensiones, a ver «qué le va a decir al dóberman». «El problema es que está haciendo todo lo contrario de lo que dice». Como en la última sesión, salió Platanito al ruedo, quien por cierto, si no ha cambiado de profesión, sigue ajeno al frufrú parlamentario, vendiendo cupones los días de San Isidro a las puertas de Las Ventas. A Arenas no le importa que Griñán lo compare con este corretapias en busca de oportunidades: «Tengo en estima a este humilde torero», pero el dirigente popular tiró de otras metáforas. La de la única carrera que perdió Incitatus, el caballo al que Calígula hizo cónsul, y la del monstruo y el pigmeo: «Yo soy David y usted Goliat». «Sí, pero David acertó a la primera», le remató un nuevamente crecido Griñán. Tan entretenida estuvo la sesión que le inspiró una letrilla al parlamentario de IU José Manuel Mariscal: «Pasaba el señor Arenas/por Lora, tal como el río/contando manzanas y peras/y se coló en un buen lío/con David se comparó/puso la piedra en la honda/creyendo acertar falló/se dejó la Biblia en la fonda/ten cuidado Bocanegra/con las citas de memoria/ que te enfangas en la arena/y se repite la historia»...Lo dicho: faena de kikirikí y media.
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