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«La ciencia no tiene que dedicarse a comprobar si Dios existe»

El punto de encuentro entre fe y ciencia lo representa Ramón María Nogués, que reflexiona sobre la experiencia religiosa.

«La ciencia no tiene que dedicarse a comprobarsi Dios existe»
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La partícula de Dios. Es lo que están buscando los científicos. En realidad es una exageración periodística. Lo que buscan es una partícula que dé razón definitiva a la teoría de la evolución. Eso es lo que puede comprobar la ciencia. El Padre Ramón María Nogués es el ejemplo perfecto de que ciencia y religión pueden ir de la mano en la comprensión de la realidad.

¿Qué es la religión?
-Es un intento de establecer contacto con la última realidad de la vida, a lo que llamamos Dios. Es, además, una creación humana que puede responder a una inspiración o bien a grandes tradiciones. Aunque es verdad que hay grandes tradiciones que no se refieren a Dios.
 
-¿Cómo se diferencia la religión de otras narraciones?

-No es fácil distinguirla, pero las religiones tienen grados de madurez y superan los planteamientos fundamentalistas y sectarios que suscitan reservas. Las religiones tienen una tradición histórica que se ha ido puliendo con el paso del tiempo gracias a aceptar el diálogo con la cultura o con la ciencia.

-¿No hay conflicto entre ambos?

-No, no es una relación conflictiva. En la cultura moderna hay muchos lenguajes sobre la realidad. Si son rigurosos, al final son compatibles. El conflicto llega cuando la relación entre ambos se hace en relaciones de poder, sobre todo entre personas.

-Pero la ciencia ha ido quitando terreno a la religión.

-En la historia de Europa muchos aspectos que eran monopolizados por la religión han sido ocupados por la ciencia, como la cosmología o la ciencia de la vida. Pero eso no es malo: la religión no se pregunta por el cómo, sino por el horizonte, por el sentido. Cada uno tiene que estar en su puesto. Así, la ciencia no tiene que dedicarse a comprobar si Dios existe.

-¿La religión está en el cerebro?

-La religión es un producto humano y parte de nuestra experiencia mental y cultural. Es posible que se encuentren estructuras cerebrales que sean significativas en experiencias religiosas. Es lo que se denomina neuroreligión. Los místicos, por ejemplo, están en la frontera de la enfermedad: en las epilepsias leves se produce una activación cerebral de alta intensidad, como le ocurría a Santa Teresa. Se produce una exaltación de las posibilidades mentales, que da estas excelencias, no sólo religiosas sino también estéticas.

-Dios ya no da miedo.

-Para las nuevas generaciones la idea de Dios ya no va unida al miedo. Antes se utilizaba el temor para hablar de Dios de manera incorrecta, pero ahora Dios se ha alejado de esa ideal. Sin embargo, en Europa estamos en regresión con la expresión religiosa y hay que reflexionar. La pérdida de importancia de la religión, en tanto que experiencia, no es una ventaja. El sentido religioso enriquece la vida, da respuesta a los últimos interrogantes. Da valor a la experiencia humana.

-¿Usted está en un punto intermedio entre la ciencia y la religión?

-Y me he movido con comodidad. Casi siempre he coincidido con colegas no religiosos, en el sentido de creer en Dios. Pero son rigurosos, son prudentes y se basan en las comprobaciones. La creencia en Dios no tiene comprobaciones. El suyo es un agnosticismo
negativo. Están en prudente espera.

-Sí que hay ateos más radicales.

-Yo creo que los círculos de los ateos militantes disminuyen. También, cuando los leo, por ejemplo a Richard Dawkins, y veo a quién van a «crujir», creo que no hablan de mí. Critican ciertos aspectos religiosos pero no hablan de mí.

-¿Es más sencillo vivir con fe?

-La vida tiene un enigma, un interrogante. La fe es consoladora, pero no hace la vida más fácil. Lo religioso bien vivido lleva a asumir la inseguridad, pero ésta se puede vivir de manera más controladora que sin horizonte. Una vida religiosa se vive con la dificultad de cualquier persona, pero lo hace con una consolación interior, con una paz interior.

-Hay vida más allá.

-Creo en la palabra de Jesús, que viene a decir que la muerte no es la última palabra. La vida es un proceso abierto, pero se debe evitar imaginar lo que viene después porque se abre un paisaje de ridiculez: nosotros no podemos representar algo que está fuera del espacio y del tiempo. Yo creo que es una cuestión de confianza.

-No todos los cristianos hacen la misma reflexión.

-Cada uno hace lo que puede. Desde los que ilustran las formas imaginativas más simples hasta los más críticos. Pero la confianza de ambos es la misma.


Dioses y neuronas
Ramón María Nogués (Barcelona, 1937) es catedrático de Biología de la UAB en Barcelona y enseña genética. Es defensor de la compatibilidad de la ciencia y la religión, siempre que ambas compartan conocimientos y sepan cuáles son sus campos de trabajo. Ha publicado «Dioses, creencias y neuronas» (editorial Fragmenta) en el que Nogués destaca el papel del cerebro en la experiencia religiosa, la neuroreligión, las situaciones fronterizas entre la mística y la patología, y el estatuto científico de la religión.