PSC
Carme y Carmen por Toni Bolaño
Carme Chacón ha hablado. Lo ha hecho entrevistada por Susanna Griso en «Espejo Público». Después del congreso del PSOE había mantenido un discreto silencio. Lo ha roto hablando con claridad y sin pelos en la lengua porque «son necesarias todas las voces» para poner coto al proyecto independentista de Mas. Ha puesto música a lo que muchos catalanes piensan –pensamos– de las tribulaciones de estas semanas, que la deriva nacionalista es «un billete sin destino, sin precio y sin fecha», «una huida hacia adelante». Ha defendido su personalidad catalana y española –es Carme para su madre y Carmen para su padre– y ha calificado de «desgarrador» que la obliguen a elegir. Además, no quiere hacerlo. Considera que Mas es un presidente fracasado en un país en el que los niños deben pagar 3 euros por llevar fiambrera a clase y los enfermos un euro por receta, mientras que si heredas tres millones no pagas ni uno.
Ésta ha sido su tarjeta de presentación. Los socialistas catalanes no están en su mejor momento y podía evitarse saltar a la arena. Ha preferido dar la cara y defender su «federalismo sin privilegios, el autogobierno y el gobierno compartido» porque «la suma nos hace más fuertes». Sus palabras sencillas han sido como un chorro de aire fresco en una política catalana en la que si no eres independentista eres poco menos que idiota. Se te señala con el dedo y las redes sociales del «pasamontañas» te insultan. Eso sí, si reniegas de los orígenes –como Maragall– te vitorean porque abrazas la nueva fe.
El discurso de Chacón llega con fuerza, tanto a la razón como a los sentimientos, y puede hacer mella en muchos ciudadanos que están perplejos por el cariz que están tomando los acontecimientos. Una perplejidad a la que ha puesto nombre y apellidos, Josep Piqué, presidente del Círculo de Economía, instando a Mas a que explique para qué quiere el voto de los catalanes porque en el mundo empresarial hay inquietud. Muchos comentan que el viaje a Ítaca –parábola épica del nacionalismo para referirse a su viaje independentista– puede ser un fracaso. Como recordaba Chacón, Ernest Lluch decía que «al dinero no le gusta el ruido». Bienvenida de nuevo al ruedo señora Chacón.
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