España

La cultura del esfuerzo por Ramón Sarmiento

La Razón
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Sin esfuerzo no hay frutos, dijo Cicerón. Fue el primero en aplicar la palabra cultura al ser humano: «Como un campo, por muy fértil que sea, no puede ser productivo si no se cultiva, así ocurre al ser humano sin enseñanza», escribió el retórico latino. Pero en España, según los últimos datos, el 31,2% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años ha abandonado sus estudios sin finalizar la ESO. La media europea se sitúa en el 14,4%. Y es que aquí la crisis llegó antes a la educación que a las finanzas: cuando muchos jóvenes desertaron de las aulas en los años de bonanza económica y de la burbuja inmobiliaria (2000-09) en busca de un dinero fácil. Era la crónica de una tragedia anunciada. Pues el alto desempleo juvenil en España (48,9%) se debe, entre otros factores, a la legislación y, especialmente, a la inexistencia de una formación profesional de prestigio. Y la clave del éxito hay que buscarla –como la presidenta Esperanza Aguirre– en el sistema de formación profesional dual de Alemania, donde cada año el 56% de sus jóvenes opta por la FP, una de las tasas más altas de la OCDE. Sólo el 36% escoge la universidad; en España, el doble. El resultado es una de las tasas de paro juvenil más bajas de la historia de Alemania, un 7,9%.

La otra cara de la moneda también la representa España; lidera la clasificación europea de la sobrecualificación profesional. Y sería una buena noticia si el 31 % de quienes entre 25-54 años poseen un título universitario no ocuparan, según Eurostat, un empleo inferior a su cualificación. El resultado: España cuenta con mucha gente de gran nivel de cualificación y con otra mucha gente de escaso nivel de formación. Y en medio, ¿qué hay? Mucho desencanto.