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Las reinas Catalinas por Francisco MERINO

La Razón
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Kate Middleton será la sexta reina Catalina en la historia del Reino Unido. Aunque históricamente hablando, será de hecho la primera Catalina en ser reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, nombre oficial del país desde 1927 bajo el reinado de Jorge V, abuelo de la actual soberana.

Por otra parte, también es la primera plebeya en más de 300 años en casarse con un hombre tan cercano al trono; y la primera Catalina que no pertenece a una familia real o que ya poseía de antemano algún título nobiliario. Es de suponer que su destino como Reina sea totalmente diferente al de sus predecesoras en el cargo y con el mismo nombre. La primera reina Catalina fue la francesa Catalina de Valois o Catalina de Francia, hija del rey Carlos VI de Francia. Contrajo matrimonio en 1421 con Enrique V de Inglaterra y del matrimonio nació Enrique VI, que comenzó su reinado con tan sólo ocho meses de edad tras la muerte de su padre. El bisnieto de Catalina fue el rey Enrique VIII, casado seis veces y tres de sus esposas llamadas Catalina.

La siguiente fue la primera esposa de Enrique VIII, la princesa Catalina de Aragón y Castilla, hija de los Reyes Católicos españoles. Su esposo logró la anulación de sus 24 años de matrimonio con ella por la supuesta incapacidad de la reina para engendrar un hijo varón y porque el rey mantenía una relación con la que luego fue su segunda mujer, Ana Bolena. Catalina dio una hija al rey, la futura reina María I. Murió el 7 de enero de 1536 a los 50 años de edad y nunca renunció al título real. Sin embargo, fue enterrada en la Catedral de Peterborough en un funeral muy discreto no digno de una reina.

Catalina Howard fue la quinta esposa de Enrique VIII. Su tío era el poderoso y ambicioso Thomas Howard, duque de Norfolk, y era prima hermana de Ana Bolena. Fue dama de compañía de la esposa en turno de Enrique VIII, la reina Ana de Cléves. Aunque en la Corte corrían rumores de ser una mujer promiscua, el rey desconocía su oscuro pasado (había tenido muchos amantes). Finalmente, se le acusó de adulterio, lo que para una reina significaba traición, y en el invierno de 1541 fue encerrada en la Abadía de Middlesex para después ser ejecutada.

La rica viuda Katharine Parr se convirtió en la sexta y última consorte de Enrique VIII. Antes del matrimonio con el rey, Catalina ya había estado casada en dos ocasiones anteriores, quedando viuda en las dos. Se casó con Enrique VIII y lo cuidó como lo hizo con sus anteriores esposos. Tuvo algunas diferencias con él por sus creencias religiosas y casi es encarcelada por eso; sin embargo, supo convencerlo de que sólo hablaba de religión para distraerlo de los sufrimientos que le causaba su pierna ulcerada. Enrique VIII murió en 1547 y Catalina en 1548.

La última de las cinco reinas Catalina fue la portuguesa Catalina de Braganza, nacida en 1638 e hija del Rey Juan IV de Portugal. Para coseguir una alianza política entre su país e Inglaterra, Catalina contrajo matrionio con Carlos II, trasladándose a vivir a su país de adopción. Reina católica en una nación protestante, al principio, su catolicismo y su falta de conocimiento del idioma le hicieron ser impopular entre su nuevo pueblo, aunque con el tiempo logró ganarse su aprobación. Tras la muerte del rey, Catalina regresó a Portugal, donde murió en 1705, a los 67 años de edad.


Francisco Merino
Director de la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid