Cantabria
La vida en dos segundos
«La Vuelta se puede ganar por dos segundos», dice Juanjo Cobo, el líder. Y a esos dos segundos estuvieron dando vueltas su equipo, el Geox, y el Sky de Froome y Wiggins durante toda la tarde. Dos segundos fue el tiempo que ganó Cobo por estar atento en una llegada confusa. Una rotonda a cuatrocientos metros de meta hizo que el pelotón se dividiera.
El libro de ruta indicaba que había que tomarla por el lado izquierdo, pero no había nada que impidiera tomarla por el lado equivocado, ni la Guardia Civil, ni unas vallas. Wagner, el lanzador de Bennati, se fue por el lado derecho, el más largo, algunos le siguieron y el pelotón quedó dividido. Cobo siguió el lado bueno, fue décimo en el esprint que ganó Haedo sin necesidad de esprintar. Y con él se cortó el grupo.
Froome estaba cerca, pero no lo suficiente. Los comisarios dieron por bueno el cronometraje inicial que lo situaba dos segundos por detrás de Cobo en la meta. Para Wiggins y Mollema fueron cinco. Cobo «engorda» un poco antes de llegar a Cantabria para subir hoy Peña Cabarga, el último final en alto de la carrera, la etapa en la que las esperanzas de Igor Antón se fueron al suelo el año pasado.
La etapa parecía peligrosa por el viento. Lo advertía Pablo Lastras en el primer día de descanso. Y lo confirma el maillot rojo. «Tenía miedo por el aire», reconoce. Pero el peligro estaba en los esprints. Cobo arrancó dos en la meta, pero en el último intermedio, a Froome en principio le dieron el tercer puesto, es decir, otros dos segundos de premio. «Eso es mentira», decía David de la Fuente, el compañero, el amigo del líder, que ganó el esprint para evitar que los rivales aprovecharan las bonificaciones. «Ha sido un Leopard», gritaba en la meta. «Creo que el tercero ha sido Monfort. Habrá que reclamar», confirmó Cobo. Los dos segundos de premio fueron para Monfort, así que ahora Cobo está dos segundos más cerca de ganar la Vuelta de lo que creía al concluir la etapa.
Lejos, muy lejos, llegó Purito Rodríguez. El líder de la regularidad, el hombre que ganó en Peña Cabarga el año pasado, se cayó a falta de dieciséis kilómetros. Parecía intrascendente, un golpe en la espalda y poco más. Pero lo preocupante estaba en su muñeca izquierda, que se fue hinchando con el paso de los kilómetros. Medio equipo se quedó a esperarlo. Incluso Horrach se descolgó del pelotón para ayudarle a llegar. A 11:01 entraron en Haro. Purito se bajó de la bicicleta nada más cruzar la meta. Al médico del Katusha le asustó la hinchazón de la muñeca y lo trasladaron en ambulancia a un hospital para que lo examinaran. No tiene nada roto y hoy tomará la salida, pero ni siquiera subió al podio a recibir su maillot verde. Haedo sí pudo celebrar su victoria, la primera de un argentino en una gran vuelta. «La etapa era llana y ha ido bastante tranquila. Al final había que estar atento a dos o tres puntos, uno de ellos, la redonda en la que yo he pasado por la izquierda», explica. Como Cobo.
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