Ginebra

La instrucción del caso Faisán: «Se mentía de forma descarada»

Un negociador con ETA declaró al juez Ruz que un mes y medio después del «chivatazo» se citaron con la banda «y no sabíamos nada del lío del "Faisán"» 

La Razón
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Madrid- El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz llamó a declarar a principios de año a varias de las personas que negociaron con ETA en el anterior proceso, frustrado por el atentado de la T-4. El objetivo del magistrado era esclarecer si los interlocutores del Gobierno pusieron sobre la mesa la operación contra la red de extorsión de ETA frustrada por el «chivatazo» en mayo de 2006. En esas declaraciones, a las que ha tenido acceso LA RAZÓN, uno de los interlocutores (a quien el magistrado interrogó como testigo protegido) aseguró que en una reunión con la banda el 22 de junio de 2006, «no sabíamos nada del lío que se montó después en torno a la investigación sobre el bar Faisán» y no se habló de la investigación que entonces realizaba el juez Marlaska.

El negociador contó a Ruz que «por experiencias anteriores se tenía constancia de que el Gobierno por un lado endurece la lucha antiterrorista» al tiempo que promueve el diálogo con la banda. La estrategia, explicó, era, «en muchas ocasiones, mentir de forma descarada, como también lo hacía la otra parte». Eso, añadió, «era asumido por las dos partes». «Desde el principio –insistió al magistrado– la filosofía del proceso era intensificar la presión policial».
Preguntado por Ruz sobre si esa cita era la reunión número 66, contestó que «podría ser», ya que hubo una primera fase de prediálogo «para fijar la hoja de ruta» y una segunda «entre el PSOE y ETA» donde estaría englobada ésta, en la que los terroristas se habrían dedicado a «reprochar la presión policial» ya que a partir de la tregua «es cuando se intensifican las detenciones». Y es que según el testigo «estas reuniones eran de "reproches", de "insultos"». En esa ocasión, en la que estaba presente el histórico dirigente etarra «Josu Ternera», huido de la Justicia, la cita la había pedido ETA con unos veinte días de antelación. Los terroristas estaban contrariados por la «gravedad de la situación» y reprochaban al Estado que «habían dicho unas cosas y no lo estaba cumpliendo» pues «habían detenido a Otegi y se habían intensificado» los arrestos.

Además de «Josu Ternera», a la cita acudieron mediadores del Centro Henry Dunant de Ginebra y del PSOE, aunque no del Gobierno. Algunas de esas citas se celebraron en Ginebra y otras, en Zúrich. Su papel, declaró, era «demostrarles que no podían detener las actuaciones judiciales».

«La represión iba a seguir»
Ruz le pregunta «si se mencionó que se había tratado de impedir detenciones sin conseguirlo». «Esa frase de esa forma nadie la pronunció», responde. En esas mismas fechas, cuenta, «se levantó una campaña de sospecha de que se había obstruido una operación policial» y había «algo de lío con ese tema». Pero, recalca, «sin saber nada del "Faisán"jamás pudo decirse» algo semejante.
En similares términos negó que se ordenara a las Fuerzas de Seguridad que parasen las detenciones y que se traslasase a ETA que el Gobierno «tapaba» que la extorsión a los empresarios continuaba. «Es imposible que se dijera, esas órdenes no pueden darse por escrito», insistió. Por contra, recalcó que tenían» instrucciones expresas de que la represión contra ETA iba a seguir», aunque les decían «que no era así, ya que se trataba de "engañar"a ETA».