Duato: desde Rusia con rencor

El de Nacho Duato es el culebrón de nunca acabar. El constante desacuerdo que caracterizó sus relaciones con el Ministerio de Cultura durante el último año parecía haber llegado a su fin con la salida del coreógrafo de la Compañía Nacional de Danza y su fichaje por el teatro Mijáilovski de San Petersburgo. Nada más lejos de la realidad. Duato sigue empeñado en dejar claro que el trato que se le dio no fue el adecuado, a juzgar por las declaraciones que hizo al anunciar en Moscú su nuevo cargo: «Una cosa es segura: a España no voy a volver a hacer ninguna coreografía. Iré de vacaciones, iré a ver a mi familia, iré a beber vino, iré con la compañía del Mijáilovski a bailar, pero crear un ballet para una compañía de España no lo voy a hacer nunca más», sentenció.Así se despachó el ya ex director de la CND durante una rueda de prensa en la que también tuvo tiempo para criticar la gestión institucional de la danza con afirmaciones como que en España «la danza no interesa tanto como en otros países. He estado trabajando veinte años, tratando de que eso cambiara, pero por lo visto no han querido que así sea», informa Efe.A vueltas con el clásicoUno de los principales puntos de desencuentro entre Duato y Cultura fue la inclusión del repertorio de danza clásica en el de la CND, una decisión que el coreógrafo nunca aceptó. Sin embargo, parece que en Rusia si se encargará de la danza clásica, ya que asegura que va a seguir «trabajando el repertorio clásico», aunque se compaginará con coreografías modernas, y afirmó que el clásico no está reñido con el ballet que él hace.El bailarín se convierte así en el primer extranjero en dirigir esta compañía rusa desde que Marius Petipa dejara el cargo hace más de cien años. «Mi trabajo va a cambiar, no voy a ir a San Petersburgo y hacer una copia de lo que he hecho en Madrid o de lo que vengo haciendo hasta ahora», adelantó Duato, y señaló que su objetivo es dar identidad y exclusividad a su nuevo colectivo. Señaló que, al estar metido en otra cultura, su ballet y su creación se van a transformar, y agregó: «Me voy a amoldar, voy a hacer trajes a medida para los bailarines». El único detalle que tuvo con España, un país en el que fue director de una compañía nacional durante veinte años, fue hacia su público: «Me siento muy querido por el público español», aseguró.