Aragón

La huelga de AENA provocará el caos aéreo en plenas vacaciones

Las escenas de viajeros hastiados y tirados en los aeropuertos españoles que se vieron en diciembre con la huelga salvaje de los controladores podrían volver a repetirse a partir del mes que viene

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Los trabajadores de AENA materializaron ayer el anuncio que realizaron el viernes pasado y convocaron 22 jornadas de huelga, a la que están llamados unos 12.500 trabajadores, en contra de la privatización parcial de AENA que, de llevarse a cabo, coincidirán con fechas vacacionales clave. En el escrito presentado en el Ministerio de Trabajo, CC OO, UGT y USO, los convocantes de la huelga, indican que los paros comenzarían el 20 de abril y se prolongarían los días, 21, 24, 25 y 30 de ese mes; los días 2, 14, 15, 19 y 20 de mayo; los días 13, 23 y 30 de junio; los días 1, 2, 3, 4, 15 y 31 de julio y, en agosto, los días 1, 15 y 31. De esta forma, coincidirían con la Semana Santa y la festividad del 25 de abril en ocho comunidades (Baleares, Comunidad Valenciana, País Vasco, Aragón, Castilla y León, La Rioja, Cataluña y Navarra) y con la festividad del 2 de Mayo en diez comunidades (Andalucía, Cantabria, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Asturias, Ceuta y Aragón). En junio es festivo el día 13 en Cataluña, y el 23 en la Comunidad de Madrid y en Castilla-La Mancha. En julio y agosto, los paros coincidirán con las operaciones salida y retorno de vacaciones, además de la festividad de la Virgen de la Paloma, el 15 de agosto.

Reunión
Consciente de los graves perjuicios económicos y de imagen que tendría para España otra huelga en los aeropuertos tras la vivida en diciembre, AENA reaccionó ayer con rapidez. Su presidente, Juan Ignacio Lema, convocó para mañana mismo a los sindicatos para buscar una solución. En Fomento consideran que con un mes por delante, hay tiempo de sobra para encontrarla. No obstante, aseguran que, dado que se trata de una convocatoria de huelga legal, el perjuicio no tendría que ser tan importante como el del pasado mes de diciembre, porque se podrían organizar unos servicios mínimos. En la huelga general del pasado 29 de septiembre se fijaron en un 30%. Los sindicatos consideran que, de haber huelga, podría rondar un porcentaje parecido.

La privatización en régimen de concesión de los dos grandes aeropuertos españoles, Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat, es la clave para entender las movilizaciones de los trabajadores de AENA. El Ministerio de Fomento tiene previsto englobar a toda su red de aeródromos en AENA Aeropuertos, una empresa que tendrá un 49% de capital privado de la cual penderán filiales. En el caso de El Prat y Barajas, sin embargo, la intención del Ministerio es sacar a concurso su gestión, de modo que será una empresa privada la que se encargará de los mismos. Esta privatización es la que realmente preocupa a los trabajadores, según explicó César Revuelta, secretario general de la sección sindical de CC OO en AENA. Los sindicatos temen que, al ser subrogados a la concesionaria, perderán su condición de personal laboral de la Administración y, con ello, derechos y condiciones laborales.

Garantías

El gestor aeroportuario, sin embargo, sostiene que estos trabajadores «tendrán garantizados, a título individual, tal como establece la legislación vigente, sus actuales derechos laborales y económicos, que serán respetados por la empresa concesionaria de manera indefinida. Todo ello al margen de las garantías adicionales que se acuerden en el marco de la mesa de negociación».

AENA añade que el pasado 22 de enero firmó con los sindicatos un preacuerdo que garantiza que las condiciones de los trabajadores que queden bajo la tutela del gestor y los que sean transferidos a las concesionarias serán los mismos, pero los sindicatos creen que el documento no garantiza la situación en El Prat y Barajas.

En su escrito de convocatoria, las centrales abogan por la retirada del nuevo modelo de gestión de AENA que, según argumentan, «conllevará el cierre de aeropuertos que prestan un servicio público imprescindible a la cohesión social, territorial y su desarrollo económico» y la pérdida de miles de puestos de trabajo. Además, consideran que las concesiones supondrán la creación de aeropuertos de primera, segunda, tercera y cuarta categoría a nivel de prestación de servicios, en detrimento de la seguridad y calidad de las operaciones y en perjuicio del desarrollo económico y social de algunas regiones.

La gestión en red de los centros de trabajo de AENA o la viabilidad económica del conjunto del ente son otras de las razones.

Las centrales consideran que la pelota está ahora en el tejado de AENA y Fomento porque «no ha habido forma de llegar a un acuerdo durante las negociaciones», según aseguró Rául Gómez, responsable de UGT en AENA. Un desencuentro que achacaron a la «arrogancia del ministro de Fomento, que le hace incapaz de buscar soluciones a los problemas del transporte aéreo».

José Blanco dijo que su departamento va a realizar todos los esfuerzos para «evitar una convocatoria que se puede evitar». El ministro reiteró que «se van a respetar los derechos de todos los trabajadores, se van a respetar y consolidar todos sus derechos y, por lo tanto, no hay razón para la inquietud», aseguró.