Nueva York
La Cataluña emigrante
Más de 70.000 catalanes están empadronados en otros países en busca de una vida mejor. Francia, Alemania y EE UU son los destinos preferidos
BARCELONA- Cataluña ha sido siempre tierra de acogida de inmigrantes. Sin embrago, con la crisis económica que atraviesa el país, mientras los extranjeros que llegan disminuyen, los catalanes que se van, aumentan. Solos o acompañados de mujer e hijos marchan en busca de nuevas oportunidades, por una mejora enlas condiciones laborales o simplemente debido a las negras perspectivas que se avecinan.
Según el último estudio del Consell de Treball Económic i Social de Cataluña (Ctesc), el 1 de enero de 2012, el número de personas que han salido de Cataluña y han fijado su residencia en el extranjero se eleva a las 185.848 personas, lo que representa un 8,7 por ciento más que el año anterior. De éstos, el 57 por ciento son personas inmigrantes que en su día vinieron a Cataluña y ahora, con la crisis y la falta de trabajo, se han visto obligadas a buscar suerte en otros países. El resto, 70.660, son catalanes que han decidido marcharse en busca de un futuro mejor en el extranjero.
¿Más posibilidades?
Debido a la crisis, concretamente de la construcción, la empresa en la que trabaja Albert, de 29 años y nacido en Barcelona, empezó a abrir mercado en EEUU y le enviaron a trabajar al otro lado del atlántico. «Vivo en Nueva York desde febrero de 2011, aquí la oferta de trabajo es mayor. Y mi sueldo, mucho mayor. Además existen muchas más posibilidades de promocionar», comenta el joven ingeniero informático que no tiene la intención de volver a corto plazo. «La situación en España es penosa y es muy difícil encontrar buenas salidas profesionales si las comparas con las que te ofrecen aquí», añade desde su oficina de Manhattan.
Las cifras constatan que en los últimos dos años, Cataluña ha vivido un éxodo de 5.263 catalanes empadronados en el extranjero a los que deberían sumarle los que habitan en otros países, pero siguen empadronados aquí. El 64 por ciento de ellos se encuentran en edad laboral y tienen entre 16 y 64 años, según las cifras del Ctesc. «Decidí irme de Cataluña hace un año para vivir nuevas experiencias y oportunidades laborales e influyó el hecho de que en Alemania se respete más la profesión y la remuneración», explica Miguel, ingeniero y de 28 años desde Nuremberg. «Las noticias que llegan de España son muy malas. Los españoles que vivimos fuera intentamos mejorar esa imagen de país», comenta el joven que, a pesar de echar de menos el clima, la gastronomía y los amigos, no tiene planes de volver pronto a Barcelona. «Me gustaría quedarme en Alemania un par de años y luego explorar otros países, vivir en el extranjero te permite vivir nuevas experiencias cada día y te conviertes más tolerante y abierto». Con él se fue su mujer. «A pesar de que siempre habíamos querido vivir en el extranjero, el hecho de que la empresa de mi marido cerrara, le ofrecieran trabajo en Alemania y no ver oportunidades de trabajo en España, hizo que todo fuera más fácil», recuerda Begoña, financiera y de 28 años. «No volvería todavía y menos viendo como está el panorama en España. Tenemos mejor horario de trabajo, mejor condiciones y menor coste de vida», añade.
Andorra, Francia, Reino Unido, Alemania y EEUU son los principales destinos. Después de verano, Marcos y Cristina pondrán rumbo a Andorra, donde viven más de 6.600 catalanes. «Es difícil tomar la decisión, dejar tu piso, tu familia y tu ciudad, pero a largo plazo es lo mejor para el futuro de nuestra familia», explica Marcos, de 32 años. «Las condiciones que me da la empresa al irme fuera son mejores, me pagan el piso, un coche y un mejor sueldo», enumera este economista.
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