De vuelta a La Rioja

Hemos dado muchos tumbos este verano por las Españas del vino, y siempre gusta volver a La Rioja alavesa, palestra para el paladar más exigente del enópata. Bodegas Muriel nace en 1986, cuando Julián Murúa recuperó la bodega paterna dando una vuelta de tuerca a unos vinos que no tenían profundidad ni armonía.

Emprendedor enológico, que también ha recuperado Marqués de Arienzo, interpreta ese viñedo siempre privilegiado. JME 2008 es un vino grande, profundo, de tanta concentración en la nariz que se plantea como un reto para los que escribimos de la cosa. Casi es perfecto dentro de su nicho de mercado, pues marca poco más de 10 euros, tratándose de un ejemplar fino e intenso con indiscutible personalidad y de una tanicidad muy amable. Destaca en nariz la gran cantidad de matices identificables, como la fruta roja madura, el coco, las especias y las notas de sotobosque.

Boca dulce y cuerpo muy marcado. Se combina la acidez de modo tan armónico que es un vino largo de recorrido y de recuerdo. Vino para muchos públicos ideal para una «reentré» enológica de vuelta a casa. Vuelta otra vez a La Rioja alavesa.