EL ANÁLISIS: Cuatro desencuentros

l ¿Qué piden los futbolistas por encima de todo?
––Que se garanticen los contratos ya firmados y las deudas pendientes se cubran con fondos que llegan a la LFP y que provienen del trabajo de los jugadores.

l ¿Cuál es la principal divergencia que impide el acuerdo?
––El enfado de la AFE tiene que ver con las decisiones que la Liga ha incluido en la mesa de negociación de forma unilateral. El mayor foco de conflicto es el Fondo de Garantía Salarial, el dinero que los clubes pondrían para evitar impagos. Desde la LFP se ha decidido que sea de 10 millones de euros por año hasta junio de 2015. Sería un total de 40 millones de euros, que no servirían ni para pagar lo que ya se debe. Según las cuentas de la AFE se dejarían sin cubrir 10,4 millones, a los que se unirían las nuevas deudas contraídas a partir de ahora.

l ¿Hay más reclamaciones?
––Sí y para los futbolistas son tan importantes como la anterior. El sindicato reclama que el nuevo convenio respete los periodos de descanso a los que tiene derecho cualquier trabajador y rechaza la idea de la Liga de que los días que los jugadores estén con sus selecciones se les descuenten de las vacaciones o se les reduzca la parte proporcional del sueldo de dichas jornadas.

l ¿Qué ha motivado este paso atrás en la negociación?
––La culpa la tienen todas estas decisiones unilaterales que la Liga tomó en su última asamblea, sin contar con los interlocutores con los que hasta ahora había avanzado. Otro foco de conflicto tiene relación con un punto en el que las posturas estaban muy cercanas: el de acordar que tras el impago de tres mensualidades, el jugador podrá resolver automáticamente su contrato para buscar otro equipo. Esto estaba a punto de firmarse y ahora la Liga se desdice y no está conforme con esta cláusula liberatoria para los que sí cumplen.