Casas reales
Tres nombres para una princesa
La tradición marca que las inglesas, tras el matrimonio, utilizan tres fórmulas: quedarse con el nombre del esposo, mantener el suyo de solteras o la combinación de ambos. El caso de Kate Middleton es excepcional y será el día de la boda la reina Isabel II la que deberá otorgar a Kate un título.
Desde el momento en que la pareja se dé el «si quiero», la joven se convertirá en «Su alteza real Catherine». Pero, de momento, el príncipe Guillermo no tiene un territorio asignado para poder darle un título. La primera opción no suena nada bien. Tendría el nombre de Su alteza real princesa Guillermo de Gales. Ésto parece lo menos probable, aunque en la línea sucesoria existen casos, como el de la princesa Michael de Kent.
Otro aspecto a tener en cuenta es que, tradicionalmente, el heredero de la corona debe ostentar obligatoriamente el título de príncipe de Gales, cargo que aún posee su padre. Por este motivo aún no puede llevar el título de princesa. Cuando Carlos se casó con Camilla la soberana decidió darla el título de Duquesa para no herir la sensibilidad de los británicos, que siempre asociarán el título de princesa de Gales a Diana.
Con la boda, la reina podría otorgar a la joven pareja un territorio concreto, posiblemente duque de Cambridge. Kate sería entonces duquesa. Pero también puede ser marquesa, condesa, vizcondesa e incluso baronesa, que son las categorías más altas dentro de la nobleza británica.
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