Irak
Seis días de pánico en el Hotel Rixos
«Sospechábamos que grababan nuestras conversaciones. Ahora sabemos que vigilaban hasta nuestros e-mails», cuenta Mark Stone, de la cadena británica Sky. Los 35 periodistas atrapados en el Hotel Rixos de Trípoli encontraron sus correos electrónicos impresos y con anotaciones a mano.
Pero lo peor, aparte de impedirles hacer su trabajo desde que se alojaron en marzo, es que durante los últimos seis días, en plena ofensiva por la capital, las fuerzas de Muamar Gadafi les prohibieron tanto entrar como salir del hotel. «Un grupo de hombres armados entró y nos dijo que los periodistas estábamos a nuestra propia suerte», reveló Matthew Chance, de CNN, a través de su Twitter, mientras describía el fuego cruzado y los bombardeos que se escuchaban. Y es que el Rixos se encuentra, precisamente, en el bastión de la capital en el que el coronel todavía tiene apoyo. Las organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras o Cruz Roja pidieron a los dos bandos que garantizaran su seguridad. Las fuerzas pro régimen protegían el perímetro del lujoso hotel, mientras que en la azotea un grupo de francotiradores recordaba a los rebeldes que el lujoso Hotel Rixos es terreno de Gadafi.
Sobre las 16:30 hora local, los periodistas pactaron con los guardias la salida. Sin embargo cuando ya estaban esperando a los coches de la Embajada de China (dos de los reporteros son chinos) y a los del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), tuvieron que entrar otra vez. Gracias a la mediación de un periodista árabe, los dos gadafistas soltaron sus Kalashnikov y finalmente fueron montando en los vehículos que les esperaban. El equipo de la BBC salió el primero. De hecho, Matthew Price, una vez a salvo, reconoció en un vídeo que temieron por sus vidas. En muchas ocasiones los libios les acusaban de estar en el lado rebelde. «No sabíamos bien lo que pasaba fuera. De hecho, los pro gadafi creían que todavía se podía recuperar Trípoli».
Los hoteles suelen ser progonistas en los conflictos armados como lo fue el Palestina de Irak o el Holiday Inn de Sarajevo. El Rixos pasará a la historia por este secuestro informativo, pero también porque se cree que los Gadafi podrían estar debajo de él. La misteriosa aparación de Saif al Islam, el favorito del coronel, en el enclave de la Prensa extranjera en la madrugada del martes y la confirmación de que bajo el complejo de Bab Al Aziziya hay decenas de túneles, apunta a que desde el búnker del coronel se podía llegar al Hotel Rixos a través de conductos.
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