Gran innovación

Conocedor como nadie de las entrañas en unas listas electorales, Rajoy tenía esta vez un delicado dilema. Conjugar a gente de su máxima confianza con voces críticas, no levantar ampollas en un momento de placidez con aromas de victoria. Dos nombres configuran la gran innovación: Soraya Sáenz de Santamaría y Alberto Ruiz-Gallardón. La primera es una estupenda y contundente apuesta personal de Rajoy. El segundo, un magnífico fichaje para tiempos duros. Soraya es una mujer sobrada de méritos. A su llegada al Congreso, muchos le tenían ganas. En sus primeros meses, la tildaron de novata y la comparaban con su antecesor, Eduardo Zaplana. Pero la joven abogada del Estado demostró una solidez enorme, forjó un «núcleo duro» de primera en el grupo parlamentario y demostró una oratoria brillante, cáustica, hacia el PSOE. Curiosamente, algunos de sus críticos, bastante nulos en iniciativas legislativas, repiten en sus escaños. Tal vez sea la prueba de la generosidad de un líder que se siente ganador. Gallardón es el mayor encaje de bolillos. Han pasado cuatro años del berrinche con Esperanza Aguirre, lo que revela que Mariano sabe esperar y actuar. La entrada del alcalde en su lista estrella está por encima de cualquier presión, aunque haya debido incluir a otros nombres impuestos por la poderosa organización de Madrid.