París
El juez imputa a tres directivos de Spanair por el accidente del JK5022
El juez que investiga el accidente de Spanair, ocurrido en el aeropuerto de Barajas el 20 de agosto de 2008, ha imputado a tres directivos de la compañía por homicidio imprudente, tal y como había solicitado la Asociación de Afectados del Vuelo de Spanair JK5022 el mes pasado.
El magistrado Juan Javier Pérez, después de estudiar el informe elaborado por el perito propuesto por la asociación de víctimas, Jacques Iztueta, ha comprobado que existen indicios suficientes que señalan que el sistema de mantenimiento en línea de la compañía aérea y su sistema de calidad son defectuosos y que esta disfunción pudo ser un factor determinante en el accidente, en el que perdieron la vida 154 personas y 18 resultaron heridas. La contundencia del informe de Iztueta, perito judicial del accidente del Concorde en París, ha llevado a Pérez a imputar al jefe de turno del servicio de mantenimiento, José Antonio Viñuela; al jefe de la división de mantenimiento en línea, David Torres Garlan-Collins, y al responsable del sistema de calidad de Spanair, Alejandro Sahuquillo.
Este último es el que supervisa el buen funcionamiento del sistema de reparaciones de las aeronaves y el encargado de detectar los fallos recurrentes y de reportarlos al presidente para aplicar soluciones correctivas, algo que no sucedió, ya que, como demostró el informe del perito de la asociación de víctimas, el sistema de calidad en línea y el tratamiento de averías recurrentes (como la del relé que falló el día de la tragedia) eran defectuosos. Los cuatro acusados deberán prestar declaración en los juzgados de Plaza de Castilla el 20, 21 y 22 de este mes. En cambio, el juez rechazó la petición de imputación de Ignacio Monzón, titular del departamento de seguimiento y control de averías. Estas acusaciones se unen a las imputaciones del mecánico de Felipe G.R. y el jefe de mantenimiento en Barajas, Jesús T. A., que ha vuelto a ser llamado a declarar ante el juez.
Una cadena de errores
El 20 de agosto de 2008, el vuelo JK5022 tuvo que regresar al hangar por un fallo en el calefactor de la sonda de la temperatura (RAT), un error recurrente que se había producido 24 horas antes. El personal de mantenimiento consultó el manual de equipamientos mínimos y desactivó el sensor. Sin embargo, este error era un indicio de un fallo multifuncional que afectaba también al sistema alarma de configuración para el despegue (TOWS). Después, la tripulación no configuró de forma adecuada el avión: no extendieron los «flaps», dispositivos que facilitan la sustentación de la aeronave.
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