Atenas

Grecia se salva al aprobar su plan de ajuste

Grecia se salva al aprobar su plan de ajuste
Grecia se salva al aprobar su plan de ajustelarazon

BRUSELAS– El parlamento griego dio por fin anoche su voto –con una cómoda mayoría de 200 votos a favor y 74 en contra– a favor del último paquete de recortes que la «troika» de donantes internacionales –BCE, FMI y la UE– le exige. La votación era crucial, porque de ella depende que el país reciba los 130.000 millones de euros del segundo plan de rescate europeo para poder seguir devolviendo sus deudas y evitar así la bancarrota. Además de la inyección del FMI y la UE, la banca renunciará a cobrar la mitad de los 206.000 millones que tiene en deuda helena.

El primer ministro griego, Lucas Papademos, advirtió ayer a los diputados, antes de votar sobre el acuerdo con la «troika», que del voto positivo depende la continuidad de Grecia en la eurozona y la Unión Europea (UE). «Hoy se decide si el país seguirá en una Europa unida y en la zona euro», afirmó en su discurso el primer ministro, el último antes de que proceder a la votación en el hemiciclo. El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, señalaba por su parte, que Grecia «afronta un dilema trágico», pero «antes de que los mercados abran, el Parlamento griego debe enviar un mensaje» para asegurar las ayudas internacionales. «Debemos mostrar que los griegos, cuando se les pide escoger entre lo malo y lo peor, escogen lo malo para evitar lo peor», sentenció. En contra del acuerdo votaron los partidos de izquierdas, tal y como habían anunciado, pero también 11 diputados del socialista PASOK y 9 de ND, que rompieron así la disciplina de voto de las dos formaciones en el gobierno de coalición.
Mientras dentro del Parlamento se aprobaba el acuerdo, después de meses de negociaciones erráticas, fuera se vivía una auténtica batalla campal en protesta contra los recortes que dejó cerca de un centenar de heridos, unos 50 detenidos y edificios ardiendo.

Las consecuencias
Y es que las medidas de ajuste que ayer se votaron tendrán duras consecuencias sobre la sociedad griega, que durante tres días ha quedado paralizada. El acuerdo alcanzado el pasado jueves con la «troika» obligará al Gobierno griego a reducir un 22% el salario mínimo, aunque el recorte aumentará hasta el 30% para los trabajadores que tengan su primer empleo. Además, se eliminarán 15.000 empleos públicos este año (150.000 hasta 2015) y el Gobierno tendrá que concretar un ahorro adicional de 325 millones de euros después de que rechazara reducir las pensiones públicas. La semana pasada, el Eurogrupo ya se mostró dispuesto a poner fin a la agonía y, planteando un nuevo ultimátum, advirtió de que no desembolsaría ni un euro más –y por tanto paralizarían los 130.000 millones de euros previstos en el segundo rescate– sin un compromiso griego con las reformas radical y tangible.

Pero si hasta ahora la decepción era soterrada, ayer el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, daba un paso al frente y aseguraba, sin ningún tipo de pudor, que Grecia no puede ser «un barril sin fondo. Los griegos tienen que cerrarlo y en ese caso podemos meter algo adentro», dijo Schäuble, en declaraciones al dominical «Welt am Sonntag».

Según Schäuble, la salvación de Grecia es un proceso más difícil que la reunificación alemana, porque «la idea de que algo tiene que cambiar es algo a lo que muchos no han llegado» en ese país. Y con respecto a una posible salida de Grecia de la zona euro, Schäuble dijo que eso es algo que está en manos de los propios griegos. El Gobierno alemán, según Schäuble, quiere evitar la salida de Grecia del euro, pero, agregó, «cada cual es responsable de sí mismo».

 

Graves disturbios contra la votación del Parlamento
Cerca de 3.000 policías fueron ayer desplegados en Atenas para contener los graves disturbios que se produjeron en las cercanías del Parlamento griego, donde se votó el plan de recortes pactado por el Gobierno con la «troika» –Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea– . La Policía usó gases lacrimógenos y cargó contra grupos violentos, que lanzaron cócteles molotov y levantaron barricadas en algunas calles cercanas a la plaza Syntagma, donde se encuentra la cámara de representantes. Se calcula que hubo más de un centenar de heridos y unos 50 detenidos, mientras que más de cien agentes de policía resultaron heridos de diversa consideración. Además, una comisaría de policía fue atacada y un grupo de manifestantes intentó ocupar el Ayuntamiento ateniense. La manifestación contra el acuerdo fue una de las más multitudinarias registradas en los últimos meses, con más de 100.000 personas concentradas en diversos puntos de la capital.