China
WikiLeaks la web de los soplones pone en jaque a los poderosos
La agencia de información más poderosa de la tierra. Eso quiere ser WikiLeaks, calificada por muchos como la agencia de inteligencia del pueblo, una web que denuncia injusticias y delitos de todo el mundo gracias a internet, a la alta tecnología y al apoyo de personas anónimas.
Si usted tiene en su poder información confidencial sobre prácticas irregulares de empresas e instituciones y quiere que se publique no le dé más vueltas: acuda a WikiLeaks. En este «site» podrá subir a la red textos, fotos y vídeos mediante una sistema cifrado. Los periodistas de esta web verificarán la documentación y la difundirán en su página digital asegurando el anonimato al denunciante. WikiLeaks (wikifiltraciones en castellano) ha logrado en cuatro años ser un referente periodístico gracias a la publicación de secretos oficiales e información sensible y ha logrado reunir un millón de documentos. Fueron ellos quienes dieron a conocer los procedimientos carcelarios de Guantánamo a través de un dossier de 300 páginas olos mensajes que las víctimas enviaron desde el World Trade Center el 11-S. También difundieron el intercambio de correos entre científicos que hinchaban los datos sobre las consecuencias del cambio climático.El último «scoop» ha sido la difusión de un vídeo que sacó los colores al Pentágono al mostrar cómo soldados norteamericanos mataron a once personas en Irak en 2007. Las imágenes -que han sido vistas por más de cinco millones de personas- desmintieron que no fue en defensa propia, como se dijo en un principio. Algunas de sus historias han sido primera página de «The New York Times» o «The Guardian».De esta manera el portal se ha convertido en el azote de los poderosos, ya sea gobiernos, bancos o multinacionales. Sus fundadores son periodistas, disidentes chinos, hackers y programadores informáticos. Al frente está es el misterioso Julian Assange -de él se dice que viaja por el mundo con un portátil y un saco de dormir-, quien ha descritio WikiLeaks como «la agencia de inteligencia más poderosa de la tierra». No suele prodigarse en los medios, pero a raíz del caso del Pentágono concedió varias entrevistas.El equipo está formado por cinco personas y otras 800 que trabajan de forma esporádica (especialistas en materias como computación o telecomunicaciones), según ha contado Assange, quien defiende que la organización tiene que ser opaca para protegerla «de ataques legales o algo más siniestro». Con el objetico de evitar el cierre, el sitio al que se sube la información está alojado en servidores repartidos por distintos países.Funciona como una entidad sin ánimo de lucro y para financiarse recurre a donativos de particulares, aunque hay colectivos de reporteros, organizaciones de defensa de los derechos humanos y periódicos que también hacen aportaciones. Desde que se fundó en 2006, esta especie de ONG del periodismo ha pasado por dificultades financieras que llevaron a cerrar la página durante unos meses. Su fundador asegura que necesitan al año 600.000 dólares al año para afrontar los gastos, pero el año pasado no rebasaron los 130.000. La filosofía de WikiLeaks alienta la denuncia de injusticias en países como Rusia y China y lo que ellos denominan «regímenes opresivos», pero también se ocupan de «revelar hechos inmorales o ilegales en países occidentales». No se casan con nadie. Ni que decir tiene que le han salido enemigos en este tiempo. La propia web denunció que los servicios de inteligencia norteamericanos reconocían en un documento que los intereses del Ejército estaban en peligro debido a las actuaciones de WikiLeaks. En 2007 la página web fue cerrada en Suiza por orden judicial al publicar información sensible sobre las actividades de un banquero.Hay quien dice que esta organización lleva a cabo el trabajo que los periódicos no se atreven o no pueden realizar por falta de medios. Una de las últimas iniciativas de sus creadores es subastar a los medios algunos de los dossieres que les llegan.
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