Andalucía
Érase una vez
A pesar de que José Luis Rodríguez Zapatero y su gran lugarteniente, José Blanco, intentan que los ánimos no decaigan, lo cierto es que los últimos escándalos en Andalucía hacen mella en la dirección del PSOE. La negativa del presidente de la Junta a realizar una investigación sobre Mercasevilla y las falsas jubilaciones es una palpable prueba antidemocrática, obstrucción a la justicia. El PP ha encontrado aquí el filón definitivo para arrebatar un tradicional feudo electoral, el más poderoso bajo la égida socialista.
Entre ERES y demás eventos irregulares, érase una vez un señor llamado Manuel Chaves que se hizo con todo. Gobernó a golpe de decreto, sin que nadie le tosiera. Andalucía ha sido el gran cortijo, sin comisiones investigadoras, sin azote opositor. Ahora, cuando Rajoy reclama esclarecer setecientos millones de dinero público, vuelven los sempiternos ataques contra la derecha.
Pero el cuento cuela cada vez menos, mientras la sombra del "«Faisán» revolotea sus plumas sobre Rubalcaba. Una buena cabeza, pero que muchos se preguntan si acabará en las implacables garras de Zapatero.
Políticos andaluces bajo sospecha, tribunales al acecho «faisanesco», la nueva Batasuna en pie de actuación, datos económicos sin remontar y una frágil diplomacia exterior, colocan al líder del PSOE en horas muy bajas, con las encuestas de bofetada.
Está cayendo una buena, aunque repitan en Moncloa que el presidente saca pecho y no tira la toalla. Cual ave fénix, pretende resurgir de las cenizas. Pero el horizonte amenaza fuego. No para purificar, sino más bien abrasar.
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