Barcelona

Mariona Carulla toma el Palau de la Música entre flores vítores y aplausos

Ajenos a las históricas elecciones de anoche en el Orfeó Català, un grupo de japoneses mira con curiosidad a los cámaras y reporteros apostados ante la puerta del Palau de la Música. Son las 11.57 minutos y llega un taxi. Falsa alarma. Dentro no está la nueva presidenta de la institución, Mariona Carulla.

No será hasta cuatro minutos más tarde que baje de un coche negro y amarillo la mujer que pasada la una de la madrugada de hoy se proclamó vencedora de los comicios presidenciales del Orfeó, después de haber obtenido 579 votos de los 857 sufragios emitidos, mientras su oponente, el empresario Enric Enrech, conseguía el respaldo de 260 socios.

Con chaqueta oscura y falda estampada, Mariona Carulla era recibida este mediodía a la entrada del Palau por una cuarentena de trabajadores, que la han aplaudido, la han vitoreado y, en nombre de ellos, el actual director general de la institución, Joan Llinares, le ha entregado un ramo de flores.

"Me cuesta mucho llorar -les decía a todos ellos- pero estoy muy emocionada de veros aquí. Hoy pasamos página y estamos ante otro inicio. Quiero daros las gracias, porque sé que os hemos dado mucho la lata. Esto de hoy no lo había visto nunca".

Ya a preguntas de los periodistas, la nueva presidenta, que debe regir una entidad muy marcada por todo lo acontecido tras conocerse el saqueo perpetrado por su anterior presidente Félix Millet, aseveraba que ésta ha sido una noche corta, en la que, sin embargo, ha dormido bien. "Siempre duermo bien, porque tengo la conciencia limpia", ha subrayado.

Respecto a lo primero que llevará a cabo tras el respaldo recibido por los socios, Carulla ha indicado que preparará la reunión de la junta de la próxima semana. "Haré recapitulación de temas y propósitos", ha añadido. A pesar de que sabe que en la mesa tiene una "montaña de papeles", antes ha querido saludar a todos los trabajadores de la casa, desde los ordenanzas a los cuadros técnicos.

Mariona Carulla, que ha vuelto a proclamar que en esta nueva etapa "la junta será colegiada y no presidencialista", a lo único que no ha respondido ha sido a las preguntas que se le han formulado sobre el proceso judicial en el que está inmersa la institución por la imputación de los anteriores gestores Félix Millet y Jordi Montull.

En este sentido, ha aclarado que lleva un mes fuera del Palau, preparando y viviendo el proceso electoral, y "todo"lo que conoce de las informaciones de las últimas semanas dice saberlo por los periódicos. Otra de sus tareas durante el día será la de contestar los numerosas llamadas y mensajes de felicitación que ha recibido en las últimas horas, tanto de los ámbitos culturales, políticos o económicos catalanes. Antes de subir en el ascensor a sus oficinas, después de fumarse un cigarrillo algunos de ellos, varios trabajadores del Palau se mostraban esperanzados ante la nueva etapa que se abre hoy. "Que se haga limpieza", deseaban.