Pongamos que hablo por Jorge Urosa

La sucesión de Aguirre parece que va a seguir un proceso lógico y que la presidencia de la Comunidad va a quedar en manos de Ignacio González. Es lo más conveniente para la economía madrileña, la española y lo más respetuoso con el principio democrático. Cuando se celebraron las elecciones hace año y medio, los madrileños sabían quién era González, conocían su peso en el equipo de Esperanza y su trayectoria en la política de Madrid desde hace más de veinte años, por lo que no hay sorpresa ni imposición y sí continuidad del proyecto que votaron los ciudadanos. El candidato ya ha aclarado que continuará el camino de su predecesora, parece que por una vez se impone una sucesión natural y lógica, de no ser así se estaría vulnerando la voluntad del pueblo. No estaría de más que lo mismo ocurriera en la Secretaría del Partido en Madrid para evitar bicefalias innecesarias que nada bueno traerán a Madrid. Pongamos que hablando de nuestra ciudad uno cree que para evitar ser fagocitada por la política nacional, la madrileña necesita, no de un verso suelto como Esperanza, pero sí al menos de una rima asonante y pongamos que, para ese menester, el candidato parece haber acreditado su solvencia. Lo que no se le puede negar al señor González es que, como a la presidenta, se le entiende todo, y que no debe faltarle valor y vocación de servicio para ponerse al frente de la Comunidad con la que está cayendo y lo que queda por venir. Así que, señor presidente, todavía en funciones, al toro, que en Madrid todavía quedan corridas que lidiar.