Adiós a «Sarko» por Martín Prieto

Francia y Alemania han competido al menos desde Bismark y ese enfrentamiento trasciende esta campaña presidencial que es algo más que una liza entre los conservadores y el socialismo. Empezamos a conocer a Sarkozy cuando, con su avión presidencial rescató del Chad a una tripulación española de vuelo chárter a quienes antes de pasar por París depositó en el aeropuerto de Torrejón. Nos resolvió un problema con chorreras. Ha sido siempre un amigo de España y no sorprende que el Rey le haya colgado del cuello el Toisón de oro. Durante esta campaña electoral ha arremetido impiadoso contra la política de Rodríguez Zapatero y el PSOE, con lo cual a más de decir la verdad venía a subrayar todo lo que está haciendo el Gobierno de Mariano Rajoy. Probablemente, Sarkozy perderá las elecciones por la mínima porque la crisis también afecta a Francia y las gentes están cansadas del rigorismo presupuestario de Angela Merkel y de lo que consideran una subordinación del presidente de Francia a la canciller alemana. El candidato François Hollande promete una cosa y la contraria: un equilibrio presupuestario del que no se puede zafar e inversiones públicas para activar el empleo. El cansancio y el sufrimiento siempre piden un cambio por atrabiliario que resulte. Si gana Hollande el primer problema será el de la «primera dama»: su amante periodista ha jurado que no se piensa casar ni bajo tortura.
En el debate televisivo se reprocharon ser amigos de Zapatero o de Berlusconi. ¡Qué nivel!