Afganistán

Adiós al filón publicitario de Ben Laden

La caída del líder de Al Qaida ha supuesto también el fin de la representación del mal. Al menos, para la publicidad, que había recurrido frecuentemente al terrorista de origen saudí también para describir una vida remota e inaccesible… menos para sus clientes.

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La captura de Osama Ben Laden en Pakistán no sólo ha descabezado a Al Qaeda. En su vertiente más frívola, los creativos de publicidad han perdido un filón que era utilizado por los sentimientos negativos que suscitaba o por el gran secreto que suponía su paradero.

En el imaginario publicitario el terrorista saudí, junto con las efigies de Hitler, Stalin y Mao, han sido recursos muy empleados por los creativos para personificar el Mal.

En Alemania, un anuncio empleó el turbante y la barba del Ben Laden para publicitar una marca de condones. La idea central: «No traer más gente así al mundo». La agencia hizo diferentes versiones con Adolf Hitler y Mao.

En otra campaña de unos caramelos contra la tos, se mostraba a Ben Laden visto por una cámara de infrarrojos, que no le podía detectar tras ingerir los caramelos que hacían descender su temperatura corporal, tanto, que lo asociaron a la dificultad de encontrarle durante años de búsqueda exhaustiva en Afganistán y Pakistán.

Samsung también echó mano del icono para promocionar su teléfono «i450», cuyo punto fuerte estaba en su reproductor de música. El líder de Al Qaida fue representado con cantantes y bailarinas dentro de su cabeza, algo que, por otra parte, utilizaron también para representar al ex presidente de Estados Unidos George W. Bush.

En Nueva Delhi se montaron estatuas plastificadas de Osama Ben Laden con el fin de recordar a los ciudadanos los perjuicios del mal uso de las bolsas de plástico.

Paradero desconocido
Además de la maldad a la que se asocia su imagen, la publicidad ha explotado también el recurso de su paradero remoto. Tal es el caso de una empresa de reparto que en un fotomontaje alardeaba de llegar hasta el escondite de Ben Laden, si era necesario, para entregarle un paquete.

Del mismo modo, circuló un anuncio del cerebro de los atentados contra las Torres Gemelas conduciendo un todoterreno por una escarpada montaña de Afganistán.