Nueva York

Netanyahu: «Jerusalén nunca será dividida»

Escoltado por el legislador judío republicano Eric Cantor de Virginia, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, compareció ayer en el Congreso de Estados Unidos, donde se ganó los aplausos de los políticos más importantes de Washington. Después de la tensa reunión bilateral que tuvo con el presidente Barack Obama el pasado viernes, el hebreo se mostró dispuesto a hacer «dolorosas concesiones» para alcanzar la paz con los palestinos.

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Netanyahu aprovechó su discurso para prometer que su país será «generoso» en la cesión territorial aunque apuntó que «no será fácil, porque una paz genuina requería ceder partes de su patria ancestral». Además, se negó a ceder en sus condiciones e insistió en que «Jerusalén nunca será dividida», lo que probablemente dificulte que un posible plan de paz pueda terminar en la mesa de negociaciones con todos los líderes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la Unión Europea y Estados Unidos. El israelí recalcó la imposibilidad de compartir Jerusalén con los palestinos, que aspiran a controlar el lado Este de esta ciudad santa para que se convierta en capital de un futuro Estado palestino. «Podemos trabajar en soluciones creativas», ofreció como alternativa a su tajante negativa.

Además de ovaciones, Netanyahu recibió un tímido abucheo por parte de alguien del público, al que respondió que le «honra esto» porque «esto es lo que ocurre en el mundo libre y en una democracia de verdad». Como ya indicó durante su encuentro con los periodistas tras su reunión con el presidente Obama, el primer ministro israelí insistió en que su país quiere y necesita la paz. Al mismo tiempo, Netanyahu insistió en que la propuesta del presidente estadounidense de que Israel vuelva a las fronteras de 1967 es «indefendible». El primer ministro, que disfruta del apoyo del Partido Republicano, Demócrata e Independiente dentro del Congreso, ha desafiado de forma continua al presidente, y ha hecho oídos sordos a sus propuestas de que las marcas en el territorio se pueden ajustar con acuerdos de intercambio de tierra. «Si volvemos a las fronteras de 1967, Israel solo tendría 15 kilómetros de anchura», dijo.

Aprovechó para dirigirse al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, al que le instó a romper el reciente pacto de reconciliación con el grupo radical Hamas. Aseguró que Israel nunca negociará con la «versión palestina de Al Qaida». Finalmente, afirmó que «el problema es que los palestinos no aceptan la existencia de un Estado judío» y destacó que «Ha llegado el momento de que el presidente Abas se alce y diga a su gente: ‘Aceptaré el Estado judío'». «Estas palabras», añadió Netanyahu, «convencerán al pueblo de Israel de que tenemos un socio verdadero para la paz. Con esas cuatro palabras, el pueblo de Israel está preparado para firmar un compromiso de largo alcance».