Detroit

Obama propondrá un plan de 300000 millones de dólares para crear empleo

El esperado plan de creación de empleo que el presidente de EEUU, Barack Obama, presentará mañana ante ambas cámaras del Congreso prevé la inyección en la economía del país de cerca de 300.000 millones de dólares.

Hasta el momento, la Casa Blanca no ha querido confirmar las cifras adelantadas ya por los medios estadounidenses. En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó que el plan contendrá una serie de "medidas específicas, mensurables, completamente financiadas y del tipo que en el pasado han gozado del apoyo de los dos partidos".

Carney declinó mencionar una cifra específica, con el argumento de que "lo importante es la sustancia de esas medidas". Por su parte, en un mensaje distribuido por la red de microblogs Twitter, el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, se limitó a indicar que "el jueves por la noche el presidente propondrá nuevas e importantes iniciativas para crear puestos de trabajo y hacer crecer la economía. Estarán completamente financiadas".

Según lo adelantado por los medios estadounidenses, que citan a fuentes del Gobierno, el plan incluirá inversiones en infraestructuras y ayudas directas a los gobiernos estatales y municipales. También contempla recortes de impuestos, que incluyen una prórroga a recortes en los impuestos a los salarios y una extensión de los subsidios a los desempleados.

Asimismo, se incluiría una desgravación a las empresas que contraten a desempleados.
Para ganarse a los republicanos, que gozan de mayoría en la Cámara de Representantes y que han hecho del recorte del gasto público su bandera electoral, Obama, según las fuentes, prevé ofrecer recortes en el déficit por el mismo monto del plan.

Temor a una recaída
Con estos anuncios, el presidente estadounidense busca recuperar la iniciativa política frente al empuje republicano en las encuestas, y dar un nuevo impulso a la economía, que continúa estancada y cuyos últimos indicadores han hecho surgir el temor a una recaída en la recesión tras la padecida en 2008.

Han pasado más de dos años desde que Estados Unidos salió de su recesión más profunda y prolongada en casi ocho décadas y durante la cual perdió 8,5 millones de empleos, pero la reactivación sigue siendo lenta y el índice de desempleo se mantiene por encima del 9 por ciento de la fuerza laboral.

La situación económica es la principal preocupación de los votantes de cara a los comicios de noviembre del año próximo y, según los sondeos, cada vez más estadounidenses creen que el país avanza por el camino equivocado.

Ello se traduce en que el presidente arrastra, según sondeos divulgados esta semana, el nivel de popularidad más bajo de su mandato, en torno al 44 por ciento, mientras que más del 50 por ciento censura su gestión económica.

Al mismo tiempo, crece el número de electores que se plantea la posibilidad de votar republicano en los comicios de noviembre de 2012. El plan que prevé presentar Obama evoca el plan de estímulo de 700.000 millones de dólares que planteó a su llegada a la Casa Blanca y que el Congreso aprobó en febrero de 2009.

Pero si entonces la aprobación de esa medida se consiguió sin dificultades -los demócratas contaban con mayoría absoluta en ambas Cámaras-, en esta ocasión el nuevo plan puede enfrentarse a muchas mayores dificultades.

Su aprobación requerirá el visto bueno del Congreso, donde los republicanos controlan en la actualidad la Cámara de Representantes y el clima político es especialmente agrio desde las pugnas este verano para aprobar un aumento del techo de la deuda. En este sentido, Carney insistió una y otra vez hoy en que el coste del plan "estará completamente pagado", ante la previsible oposición de los republicanos a un nuevo desembolso de cientos de miles de millones de dólares.

Precisamente, al tiempo que Obama tiene previsto presentar su plan, también tiene prevista su primera reunión el comité bipartidista que, según el acuerdo en el Congreso para elevar el techo de la deuda este verano, debe identificar para finales de noviembre recortes en el gasto público en torno a los 1,2 billones de dólares en la próxima década.