Cantabria

Los partidos gastan en propaganda lo mismo que se destinó a Haití

En la última campaña electoral invirtieron 67,7 millones, un 16,6 por ciento más que en 2004

PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICO
PULSE EN «DOCUMENTO» PARA DESPLEGAR EL GRÁFICOlarazon

MADRID- A menos de cinco meses de las elecciones catalanas y a un año de las municipales y autonómicas, los partidos han resucitado, en plena crisis económica, el debate sobre el gasto en las campañas electorales. Conscientes del malestar que existe en la sociedad por los continuos sacrificios que se le impone para salir del túnel, los grupos políticos comparten la necesidad de meter las tijeras también en el capítulo electoral. Es cuestión de supervivencia que el ejemplo cunda entre la clase política y la austeridad reine en las próximas citas con las urnas, después del duro golpe asestado al Estado del Bienestar. Y es que la recesión llegará a las campañas electorales a partir de noviembre, mes en el que se celebrarán las catalanas. Se acabó las inversiones millonarias, como en las generales de 2008, en las que se dedicaron 67,7 millones de euros (algo más de 11.000 millones de las antiguas pesetas).Ésa fue la conclusión que extrajeron las fuerzas con representación en el Congreso de los Diputados esta semana en la Comisión Mixta para el Tribunal de Cuentas. Tras estudiar el informe de fiscalización de la contabilidad electoral de 2008, los grupos aprobaron por unanimidad una resolución en la que se hace hincapié en la necesidad de reducir estos gastos. A partir de ahora la subcomisión parlamentaria que estudia la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) será la encargada de revisar los límites del gasto electoral.Los partidos están dispuestos a apretarse el cinturón y a utilizar las nuevas tecnologías de la información para trasladar sus mensajes. Por ello, acomodarán la publicidad en los medios de comunicación a los nuevos soportes. Es decir, internet se convertirá en la gran apuesta en las próximas citas con las urnas. Se trata de parar en seco la espiral alcista de los gastos electorales, que en las generales de 2008 subieron el 16,6 por ciento respecto a 2004, según el informe de fiscalización elaborado por el Tribunal de Cuentas. Y es que ya se sabe que la mujer del César además de ser honrada debe parecerlo y 67,7 millones de gasto constituye una partida excesivamente abultada, después de recortar el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones y frenar la inversión en obra pública. Como botón de muestra, con esta cifra se podrían sufragar dos Tribunales Constitucionales, seis Consejos de Estado y prácticamente la totalidad del Consejo General del Poder Judicial. Se gastan más los partidos en captar el voto de los españoles que el Gobierno en el Plan Integral contra la trata de personas, al que destina 44 millones en 3 años. Sanidad ha transferido este año a las comunidades para estrategias de Salud una cuantía similar a la que dedicaron las fuerzas a concurrir a las urnas en 2008; eso sin contar con que con el gasto electoral, se pueden mantener 49 carreteras autonómicas en Cantabria.Si se saca la lupa y se observa partido por partido, el PP fue el que más invirtió en las últimas generales, con 22,7 millones de euros. Le siguió el PSOE, excluido el PSC, con 19,2 millones de euros, según el informe emitido por el Tribunal de Cuentas. El órgano fiscalizador detectó que el PP había superado en 15.800 euros el límite de gasto permitido y Nafarroa Bai en casi 94.300 euros.Estas millonarias inversiones provocan endeudamientos en exceso. En las generales de 2008 tuvieron que pedir préstamos a las entidades financieras por importe de 44,6 millones de euros. Es decir, que 23 millones salieron de sus cuentas. De nuevo fue el PP el que más dinero precisó, unos 16,9 millones de euros de la banca. El PSOE consiguió créditos por 14,2 millones e IU, por 3,8 millones de euros. CiU se endeudó en 2,5 millones y el PSC sumó préstamos por valor de 1,7 millones; los partidos de la Entesa, otros 17 millones; además, ICV tuvo que pedir 1,1 millones para su candidatura al Congreso.