Sólo en Alemania por Fernando de Haro

El presidente de la federación sindical mayoritaria apoya la reforma del Gobierno en favor del trabajo temporal para dar flexibilidad al mercado laboral. El sindicalista se llama Michael Sommer, el sindicato es la DGB y el país Alemania. Ocurría hace unos meses, en febrero. El líder de los socialistas llega a un acuerdo con la líder del centro derecha para combatir «el desempleo, el endeudamiento del Estado, el cambio demográfico y la presión ejercida por la globalización». Los problemas son los mismos que los nuestros, pero no, tampoco era aquí. El pacto llevaba el bonito título «Juntos por Alemania, con valor y humanismo». Fue 2005, con ocasión de la Gran Coalición. Por cierto que una de las primeras cosas que hizo esa coalición fue subir hasta el 19% el IVA. El nivel al que llegaremos nosotros el año que viene.
 No se puede beatificar a la Merkel, que con su inflexible pacto fiscal y con su negativa a que el BCE compre deuda, nos está llevando al precipicio. No se trata de justificar los evidentes errores de comunicación que está cometiendo el Gobierno ni de dar por buena una agenda de ajustes que está produciendo mucho sufrimiento social antes de que haya empezado lo más duro. No se trata tampoco de que el partido que hasta hace poco ha gobernado vote a favor del ajuste presupuestario cuando el PP tiene mayoría absoluta. Sería un suicidio político. Pero lo difícil de comprender es la tozuda voluntad de utilizar el desconcierto de la gente, con los negativos efectos que eso tiene, para reclamar una política que no se puede hacer, como bien le quedó claro a Zapatero en mayo de 2010.