Al final Messi

Guaita estaba condenado a ser el tercer portero del Valencia y las lesiones de César y Moyá le posibilitaron la titularidad. Llegó, vio y venció. Ayer, una vez más, en las jugadas clave actuó con plena lucidez. A Messi le tapó la portería para que no pudiera marcar tres goles en ocasiones clarísimas, en momentos en los que se supone que éste no puede fallar. El mano a mano entre portero y delantero, a los puntos, lo ganó el guardameta, aunque finalmente llegó el gol de quien más lo buscó.

Unai Emery y Guardiola montaron dos alineaciones extrañas. A cual más inusual. Emery colocó en la banda izquierda a Jordi Alba y Mathieu con el fin de anular las llegadas de Alves. A Tino Costa y Banega les correspondió la ingrata labor de tratar de cortar el juego de Xavi e Iniesta. Con presión, con velocidad, el Valencia trató de evitar que el balón fuera del Barcelona. Lo consiguió durante un cuarto de hora. Después comenzó a manejar el tiempo el Barça. En los mejores momentos valencianistas, salvo en el gol anulado a Alba, Pinto no intervino. El Valencia creó más peligro en la segunda parte y especialmente después de recibir el gol. Pep Guardiola y Emery acabaron recurriendo a alineaciones más lógicas. El Valencia se encorajinó y puso en aprietos al líder. Jugó con más ilusión que habitualmente. Los azulgrana salvaron uno de los partidos en los que los puntos están caros. Ha ganado el primer asalto. Le quedan tres, el último en el Bernabéu.

Posdata. Valdano tiene pesadillas y se despierta gritando: ¿Por qué no te callas?