Aviso: suben los políticos

Increíble, pero así lo ha recogido el Barómetro de Antena 3 y Onda 0, realizado esta misma semana. Y la pregunta es inmediata: ¿acaso nuestros políticos ya no son el tercer problema de los ciudadanos? Lamentablemente, me temo que sí. ¿Acaso la primavera nos ha devuelto el optimismo a los españoles? Lastimosamente, me temo que no.

La explicación es más sencilla. Desde hace quince días, el corazón de los españoles, como el del resto del mundo, late encogido por la catarata de catástrofes ocurridas en Japón, y posteriormente por la devastadora guerra de Libia. Las malas noticias nos llegan desde fuera de casa: imágenes de morgues, huérfanos que buscan padres, bebés rescatados entre los escombros, pueblos asolados, mutilados, muertos, pavorosos bombardeos, liquidación, caos y destrucción. Lo que significa que nuestras miserias han empequeñecido, apenas queda nada de nuestra tremenda crisis económica, salvo para los parados que la padecen día a día. No es que las cosas nos vayan mejor que hace quince días, no, es que a los otros les van peor.

Japón y Libia han oscurecido a nuestros políticos. Y esto es lo que han percibido los españoles, un singular sosiego, una quietud y una moderación desusadas en las cosas de casa. Terrible conclusión: cuanto menos veamos a nuestros políticos, mejor les valoramos, cuanto menos se ocupen de nuestros asuntos, mejor pensamos de ellos. Caminamos hacía la aspiración del modelo italiano o belga, ese que dibuja a los ciudadanos felices cuando no hay Gobierno.

La prueba de que el bajo perfil de los políticos les puntúa al alza es que los ministros crecen desde que se han evaporado, desde que el tándem Rubalcaba/Blanco les ha metido en el armario. ¿Recuerdan aquel Rubalcaba hablando de que el Gobierno en pleno se iba a lanzar a la actividad explicativa, el de los quince portavoces simultáneos? Pues de aquello ya no queda nada. Apenas una semana duró el carrusel de ministros hablando de lo suyo y de lo del vecino, el tiempo que tardaron en lanzar las encuestas por el precipicio.

Pero con ser llamativo el ascenso actual de los ministros, mayor aún es la subida de los dos grandes líderes. Zapatero ya supera a Valeriano Gómez, y Rajoy a Chaves. Fabuloso. De lo que se deduce que deberían desaparecer de la faz de España, por lo menos, hasta las elecciones de 2012 para llegar al aprobado.

Los españoles somos de fácil resignar. Baste con que los políticos bajen los decibelios televisivos para que los puntuemos con más generosidad. Una dádiva a cambio de sosiego. Y que la crisis económica galope sola. Pero aviso: hoy Zapatero se ha reunido con 45 empresarios, con las fotos y las encuestas como telón de fondo. Se equivoca. Visto lo visto, si no mejora la crisis, le puntuará a la baja.