Eurogrupo
Moncloa abierta en agosto
Rajoy aprovechará para adelantar algunas de las reformas del próximo periodo de sesiones. El Gobierno también perfilará los Presupuestos Generales de 2013
MADRID- Este año, agosto no será un mes inhábil en la agenda del Gobierno. Muy lejos quedan aquellos tiempos en los que los líderes políticos podían permitirse el lujo de pasarse un mes entero de vacaciones y encima presumir de ello. La cultura ha cambiado, ya no se es tan tolerante con las imágenes de generoso ocio por parte de nuestros cargos públicos, pero además la situación de excepción económica obliga a adoptar también comportamientos excepcionales acordes con los tiempos.
Un ejemplo de ello es la decisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de restringir al mínimo las vacaciones de todo su Gabinete. Ya no es que tengan que estar de guardia como en años anteriores por si ocurre algo y tienen que salir a fijar posición pública, sino que tendrán que estar trabajando y preparando nuevos proyectos legislativos para que pasen por Consejo de Ministros a lo largo de este mes.
Rajoy ha convocado tres reuniones, que no serán de oficio, puesto que quiere aprovecharlas para impulsar la agenda reformista que, en principio, había incluido en el calendario para el próximo periodo de sesiones.
Fuentes gubernamentales confirmaron a este periódico que a los tres Consejos de Ministros que se celebrarán durante el mes de agosto irán «leyes reformistas de la agenda del segundo trimestre». Todavía no están decididas cuáles, porque hay varias muy avanzadas y la decisión de adelantar una u otra se adoptará sobre la marcha, según queden rematadas y en función de los intereses del momento. Una de esas reformas muy avanzadas es la energética, que está encontrando dificultades para llegar a puerto por los intereses cruzados a los que afecta.
Un mes complicado
Además de la agenda reformista, el Gobierno seguirá también ocupado en su ofensiva diplomática y en la evolución de las presiones sobre la deuda soberana. Agosto es un mes complicado en este aspecto, porque el escaso número de operaciones que se llevan a cabo hace que los mercados sean especialmente volátiles.
El calendario aprieta y España necesita que Europa acelere lo más posible la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados en el último Consejo Europeo, la unión bancaria y la unión fiscal, al margen de los nuevos «parches» que se esperan por parte del Banco Central Europeo (BCE).
La solución para la prima de riesgo española pasa por la conjunción del balón de oxígeno del BCE y de la implementación de la agenda reformista europea. «Sin que se cumplan esas dos condiciones, el otoño será frío y el invierno aún más», sostienen en Moncloa.
Allí siguen descartando oficialmente cualquier posibilidad de que España tenga que acudir al fondo de rescate europeo para pedir que compre deuda soberana, ahora bien, siempre y cuando se cumplan todas las condiciones señaladas.
El Gobierno no cerrará tampoco en agosto por vacaciones porque, además de todo lo anterior, tiene pendiente otra importante y difícil tarea, la de terminar de perfilar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo 2013.
Después de los ajustes sin precedentes aprobados en lo que va de Legislatura, las cuentas del siguiente ejercicio volverán a exigir de otra vuelta de tuerca al gasto público y, posiblemente, de nuevos cambios fiscales.
Bruselas nos ha exigido un Plan Presupuestario bianual que también tiene que terminarse en este verano. De hecho, Bruselas pidió que estuviese listo en julio.
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