Una bicefalia descompensada

La candidatura de Rubalcaba introduce un componente ético a la hora de analizar su continuidad o no en el Gobierno. Es cierto que no existe una incompatibilidad legal, pero me resulta muy extraña su continuidad. Sus defensores se han apresurado a asegurar que las cautelas responden al temor que le tiene el PP y el mismo argumento inconsistente utilizan para analizar las críticas que recibe. No parece razonable que la condición de ministro del Interior y portavoz del Gobierno se ponga a disposición de su candidatura. El mismo criterio se puede utilizar con respecto a los medios de que dispone gracias a esos dos importantes cargos públicos. No es lo mismo que si fuera un presidente que se presenta a la reelección. La situación recuerda a Leopoldo Calvo-Sotelo. Los barones de UCD no quisieron en 1982 que se presentara y optaron por Landelino Lavilla, que era el presidente del Congreso. Fue un fracaso histórico. La bicefalia descompensada en favor de Rubalcaba frente Zapatero no será buena para la estabilidad del Ejecutivo.