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Paula Vázquez: «Con Fama he recobrado el espíritu que tenía con 18 años»

«F ama», uno de los buques insignia de Cuatro, cumplirá 400 programas el próximo día 19. Durante estos tres años, han pasado por el «talent show» más de 200 alumnos y 7.000 aspirantes y se han bailado 2.800 coreografías. La cara de «Fama», Paula Vázquez, asegura que las claves del éxito del programa no son otras que esfuerzo y dedicación.

 
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–¿Qué significa «Fama» para usted?
–Estoy muy orgullosa de este programa. Es un gustazo ver cómo año tras año nuestros chicos van triufando. Me fascina que la gente venga por vocación, y no por un premio económico.

–¿Por qué se emocionan tanto los miembros del programa?
–Porque vivimos muchas cosas y pasamos mucho tiempo juntos. Somos una gran familia. Hemos pasado por todo tipo de etapas. Hablamos de hijos, de Hacienda... Los bailarines son gente muy sensible, y por eso lloramos tanto.

–¿Cómo es su día a día en el programa?
–Me recogen a la 13:00 horas y vuelvo a casa a las 19:00. En realidad, soy la que mejor vive, pero me gusta llegar pronto para estar en las reuniones y ver los vídeos. Es un trabajo muy importante que tiene que hacer el presentador.

–-¿Qué anécdota destacaría en estos tres años?
–Cada día surge una. En la primera edición, fue tremendo la primera vez que salimos a la calle. Nos tuvieron que sacar en volandas por la cantidad de gente que había.

–¿Sienten la presión de las audiencias?
–Para nada. «Fama» se creó con una idea de televisión que no pasaba por conseguir la máxima audiencia.

–Pero no de deja de ser un «reality»....
–Lo que da audiencia es el baile, no el «reality», y los chicos lo saben. O aprovechan el tiempo, o la popularidad en cuanto salen se acaba. Ellos no quieren ser famosos, sino tener un currículum. Esto es una escuela, y, además, de élite.

–¿Qué le ha enseñado el programa?
–Que sin esfuerzo no se consigue nada. He recobrado el espíritu de cuando tenía 18 años. Ese de «lo doy todo por un instante en que me digan que lo he hecho bien».

–¿Le costaría cambiar de cadena?
–Mucho. Estoy enamorada del proyecto. Aún me queda un año de contrato, y por mí renovaría por toda la vida.

–Pero ¿no le da miedo caer en la rutina?
–Para nada. Mi padre lleva 20 años siendo guardia jurado. Creo que eso es bastante más rutina.

–¿Temen que la fusión de Telecinco y Cuatro pueda afectar de alguna forma al programa?
–Por parte del canal, nos han transmitido mucha tranquilidad. Paolo Vasile ha dicho que considera a «El hormiguero» y «Fama» como buques insignia de Cuatro, y por eso, creo que va a respetar el formato.

–Si tuviera que elegir, ¿con qué se queda, con «Supervivientes» o con «Fama»?
–Cada uno llegó en el momento adecuado. Como empecé a trabajar muy joven, tan sólo con 15 años, nunca me había ido de campamento, así que la experiencia me encantó y me enseñó a hacer televisión de forma tradicional. Era un caos que en ese momento necesitaba. En cambio, «Fama» me ha dado estabilidad.

–¿El cambio de horario ha afectado a la audiencia?
–Absolutamente. Había mucha gente que nos seguía y ahora no puede. El cambio de parrilla fue en un principio beneficioso para la cadena, pero creo que sería bueno volver a las 3 de la tarde.


Una gran familia
Después de muchos años siendo uno de los rostros más populares de la televisión, ha encontrado en la localidad de San Martín de Vega (Madrid) –el lugar donde se encuentra el plató de «Fama Revolution»–, un segundo hogar. El equipo del programa es una verdadera familia muy unida. Hablan con enorme cariño unos de otros, hasta el punto de que se les escapa alguna que otra lágrima. También aprovechan los miércoles, que son «nuestros sábados», como dice Paula Vázquez, para salir todos juntos y tomar alguna «cañita».